La probabilidad de que las rocas que traerá la NASA del Planeta Rojo ocasionen enfermedades es cercana a cero. Aún así, la agencia debe de prepararse para evitar una plaga marciana.
Hace 40 años, Carl Sagan vaticinó uno de los problemas que más preocupan a la NASA actualmente: la posibilidad de que una plaga de microorganismos marcianos alcance nuestro planeta. Inadaptados al ecosistema terrestre, escribió el divulgador de ciencia en 1973, «podrían causar un inmenso daño biológico». En aquel entonces, Sagan pensó que un paso en falso podría afectar la vida de miles de millones de personas.
En la actualidad, con le avance del rover Perseverance en la recolección de rocas marcianas, la posibilidad de que vida extraterrestre llegue a la Tierra —microscópica, imperceptible para el ojo humano— se convierte en una realidad. Aún así, la NASA tiene la confianza de que la amenaza es realmente mínima. Ésta es la razón.
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Carl Sagan era un convencido de que «es peligroso no combatir las pseudociencias«, según dijo en una entrevista para objetivos de las misiones Artemis de la NASA—, traen a la conversación varias preguntas sobre la vida marciana.
Sobre todo, porque algunos aficionados de la ufología podrían fácilmente desinformar con teorías de la conspiración. Es cierto: la NASA tiene la intención de colonizar Marte antes de que termine esta década. Aún así, a pesar de que el primer lanzamiento estaba programado para el 29 de agosto de 2022, tuvo que posponerse para 4 días más tarde —por una falla en el motor del cohete.
Los planes de prevención ante posibles contaminaciones por patógenos marcianos, sin embargo, no se han detenido. Por el contrario, los protocolos de protección siguen en pie. Aunque originalmente esta posibilidad se había relegado a «términos mayormente hipotéticos«, como los describe The New York Times, las advertencias de Sagan están tomando otra importancia ahora.
En términos de bioseguridad planetaria, la NASA no puede tropezarse.
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Para evitar una plaga marciana
Para evitar una plaga marciana, la NASA está trabajando en un protocolo riguroso que garantice que las muestras recolectadas por el rover Perseverance son seguras. Más que nada, explica el NYT, porque nadie tiene la certeza de que los materiales que vengan de Marte puedan ser completamente inocuos para la vida en la Tierra:
“Debido a que no es una probabilidad del cero por ciento, estamos haciendo nuestra debida diligencia para asegurarnos de que no haya posibilidad de contaminación”, dijo Andrea Harrington, curadora de muestras de Marte para la NASA.
Así como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades manejaron el ébola, la NASA no escatimará en trabajar con el material que venga del Planeta Rojo con extrema precaución. Esto quiere decir que, una vez que las muestras marcianas ingresen a la Tierra, deberán de mantenerse en una máquina conocida como «Instalación de Recepción de Muestras».
Para evitar una plaga marciana en nuestro planeta, el material deberá de pasar los estándares del «Nivel de bioseguridad 4» o BSL-4. En una sala inmensa, completamente limpia de patógenos terrestres, las rocas traídas del espacio exterior serán analizadas, para garantizar que no so peligrosas.
Con 8 años de ventaja
Aún con todas las advertencias que hizo Sagan en la década de los 70, actualmente, la NASA tiene todavía 8 años para prepararse. Las primeras muestras que recolectó Perseverance llegarán a la Tierra en 2030 —si es que llegan. En ese tiempo, la agencia espacial podrá construir instalaciones adecuadas para recibir la evidencia del Planeta Rojo.
Para ello, el equipo de Harrington ha visitado 18 espacios de control de enfermedades letales para la humanidad. Principalmente, para tener una referencia de los parámetros que su propio espacio de análisis debería de tener eventualmente.
Aunque ya hemos recibido muestras de la Luna en varias ocasiones, nunca antes se había introducido material de otros planetas. De ahí nace la preocupación de que pueda venir contaminado por patógenos desconocidos:
“Tenemos que tratar esas muestras como si contuvieran materiales biológicos peligrosos”, dijo Nick Benardini, oficial de protección planetaria de la NASA.
Éste no es un objetivo menor para la agencia espacial. Es la primera vez en la historia de la ciencia que manejarán material traído de otro planeta. De no haber obstáculos políticos, y si no se priorizan otros proyectos en el camino, la NASA ocupará el tiempo que le queda esta década para alzar una estructura exclusiva para recibir las rocas que traiga Perseverance. Y tal vez, sólo así, se pueda prevenir una plaga marciana con patógenos extraterrestres.
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