A 7.87 millones de kilómetros de la Tierra, la Sonda Solar Parker de la NASA ha conseguido un hito sin precedentes en la historia de la exploración humana del espacio: a mediados de diciembre, la agencia explicó que la misión alcanzó la atmósfera superior del Sol (conocida como corona solar), una región cuyo tamaño depende de la actividad solar y de la que obtuvo los primeros datos in situ sobre su campo magnético y el viento solar a su alrededor.
Los registros de Parker lograron identificar por primera vez la superficie crítica de Alfvén, la región que marca el límite entre la atmósfera solar y el viento solar. Según la NASA, la sonda encontró las condiciones magnéticas y de partículas concretas que daban cuenta del inicio de la atmósfera solar el pasado 28 de abril de 2021, durante su octavo sobrevuelo al Sol.
Después de distintas entradas y salidas, la Sonda Solar Parker analizó partículas y campos magnéticos de la superficie crítica de Alfvén y confirmó las predicciones que aseguraban, esta región no tiene una forma lisa. En su lugar, la misión encontró distintos picos y valles que arrugan la superficie, una de las claves para entender la interacción entre los eventos del Sol, la atmósfera y el resto de viento solar.
“Volando tan cerca del Sol, Parker Solar Probe, es capaz de detectar condiciones en la capa dominada magnéticamente de la atmósfera solar (la corona) que nunca antes habíamos podido detectar. Tenemos la prueba de estar en la corona con los datos de campo magnético, datos de viento solar y visualmente en imágenes. De hecho, podemos ver la nave espacial volando a través de las estructuras coronales que se pueden observar durante un eclipse solar total, explica Nour Raouafi, científico del proyecto Johns Hopkins Applied Physics Laboratory en Laurel, Maryland.
Al acercarse a unos 10.4 millones de kilómetros del Sol, Parker ingresó en una zona de la corona conocida como pseudostreamer, un tipo de “estructuras masivas que se elevan por encima de la superficie del Sol y se pueden ver desde la Tierra durante los eclipses solares”.
En su interior, los datos revelan que las partículas se ralentizan y el número de curvas disminuye drásticamente respecto a la tormenta de partículas que caracteriza al viento solar.
Durante los próximos años, la Sonda Solar Parker seguirá su trayectoria en espiral hasta alcanzar una distancia mínima de 6.16 millones de kilómetros respecto a nuestra estrella (diez veces más cerca que la distancia media de Mercurio al Sol) en 2025, mientras que el siguiente sobrevuelo a través de la corona está programado para enero de 2022.
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