Foto: NASA/SDO
La impresionante tormenta solar que iluminó el cielo con brillantes e inusuales auroras durante la segunda semana de mayo de 2024 fue tan intensa que se pudo percibir en las aguas profundas del océano. Las brújulas magnéticas de los observatorios submarinos de Ocean Networks Canada (ONC) registraron una distorsión temporal del campo magnético de la Tierra durante este evento extraordinario.
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La NASA informó que la también llamada tormenta geomagnética fue la más fuerte en las últimas dos décadas y provocó una de las exhibiciones de auroras más intensas en 500 años Estos eventos fueron desencadenados por grandes erupciones solares y eyecciones de masa coronal (EMC) que bombardearon la Tierra con nubes de partículas cargadas y campos magnéticos.
La intensa actividad solar tuvo un impacto notable en las profundidades marinas vigiladas por ONC, con observatorios ubicados frente a las costas este y oeste de Canadá, a profundidades de hasta 2,7 kilómetros. El cambio magnético más significativo se detectó en el sitio submarino del Pasaje Folger, frente a la costa de Vancouver. En este lugar, la dirección de la brújula se movió dentro de un rango de +30 a -30 grados a una profundidad de 25 metros.
«Examiné si era potencialmente un terremoto, pero eso no tenía mucho sentido porque los cambios en los datos duraron demasiado tiempo y simultáneamente en diferentes lugares», narró Alex Slonimer, especialista en datos científicos de ONC. «Entonces, investigué si era una llamarada solar, ya que el Sol ha estado activo recientemente».
Slonimer fue el primero en identificar las perturbaciones magnéticas de la tormenta solar de este año, cuando realizaba el control de calidad de los datos. Las primeras ocurrieron a finales de marzo y el evento de mayo confirmó la observación: la tormenta solar llegó hasta el fondo del mar. “Los picos en los encabezados de la brújula (estuvieron) estrechamente correlacionados con los picos en la actividad visible en la aurora”.
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Las ondas solares llegaron a la Tierra desde el 10 de mayo y crearon una tormenta geomagnética de larga duración, alcanzando una clasificación de G5, el nivel más alto visto desde 2003. El 14 de mayo de 2024, el Sol emitió una erupción solar de clase X8.7, la más grande del ciclo solar 25. Estas perturbaciones geomagnéticas pueden afectar las redes eléctricas, los satélites y los sistemas de navegación, y alterar la navegación de los animales.
«Los próximos dos años serán el pico del ciclo solar de 11 años. Después de una década de relativa inactividad, es probable que los eventos de auroras como el fin de semana pasado se vuelvan más frecuentes en los próximos dos años, aunque la variabilidad solar hace imposible la predicción precisa de tales eventos», explicó Justin Albert, profesor de física del Departamento de Física y Astronomía de la Universidad de Victoria.
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