La Vía Láctea no es tan especial como pensábamos y esta es la razón

Con los resultados de un nuevo estudio, tal parece que la Vía Láctea está perdiendo las características que le daban mayor distinción.

Nos había gustado pensar que nuestra galaxia, la Vía Láctea, era especial, y no solo por hospedar al único planeta donde hasta ahora se sabe que hay vida. Sucede que antiguas observaciones del vecindario galáctico hicieron pensar a los científicos que aquí las estrellas y planetas estaban muchos más compactos, lo que, en parte, daba a pensar que el núcleo de la galaxia era más denso que el de otras que se conocen.

Para Gail Zasowski, astrónoma de la Universidad de Utah (Estados Unidos), era mucho pensar que, además de lo consabido, la Vía Láctea se distinguiera de sus homólogas en razón de esta inusual característica. Fue así como ella y un grupo de astrónomos hicieron una revisión galáctica, midiendo las ubicaciones y distancias de casi un cuarto de millón de gigantes rojas, al hacer uso de los datos del Apache Point Observatory Galactic Evolution Experiment (APOGEE).

Reconociendo nuestra galaxia

Los expertos saben que medir la misma galaxia en la que habitamos es una tarea muy difícil; ni se diga de buscar precisión. Al reto, aparte, hay que sumar las incontables obstrucciones del espacio, como el polvo cósmico.

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Con todo lo que esto implica, el equipo vio que la parte central del disco de la Vía Láctea no está tan densamente poblado como los modelos habían supuesto. Esto se concluyó notando que las gigantes rojas aumentan exponencialmente desde el borde de la galaxia hacia el bulbo, logrando una estabilización cerca del punto medio.

De acuerdo con el artículo publicado en Nature, de lo anterior se desprende, a la vez, que si la materia contenida en la galaxia no está embutida en el centro, entonces debe estar más repartida de lo que se pensaba.

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Hacen falta más pruebas para llegar a algo más preciso, pero, de ser así, los autores ya advierten que la estimación total de la masa de la Vía Láctea se vería considerablemente reducida. Y, no menos importante, tal vez nuestra galaxia contenga más materia oscura de la que se pensaba.