Una serie de fenómenos solares tiene el poder de dañar a la capa de ozono, exponiéndonos a niveles más altos de radiación.
La intensa actividad solar de los últimos meses no solo propició las deslumbrantes auroras boreales, también ha hecho pensar de nuevo a los científicos sobre cómo puede afectar a la Tierra lo que ocurre en el Sol. Desafortunadamente, los expertos vieron que esto nada tiene ver con lo alentador, y sí con daños a la capa de ozono y, consecuentemente, con los niveles de radiación.
En un reciente artículo publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) un grupo de científicos estudió lo que pasa durante los fenómenos conocidos como “eventos de partículas solares”, es decir, estallidos de protones procedentes de la superficie de la estrella y que pueden dispararse al espacio y funcionar como reflectores.
Más que auroras boreales
De acuerdo con una publicación realizada por Alan Cooper, académico de Charles Sturt University (Australia) y uno de los principales autores de la investigación, el equipo logró demostrar que, a lo largo de estos fenómenos, el campo magnético de la Tierra se debilita, lo que implica un peligro para vida del planeta.
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De ser el caso de que te estés preguntando el porqué de lo anterior, el autor explica que el campo magnético de la Tierra proporciona una protección, dado que desvía la radiación, cargada eléctricamente, que nos llega desde el Sol.
Los eventos de partículas solares más fuertes suceden cada varios milenios. Sin embargo, versiones más débiles se presentan con los máximos solares, ciclos del Sol que llegan, aproximadamente, cada 11 años.
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En el último de estos momentos de agitada actividad en el Sol, se hizo posible modelar lo que pasaría con los eventos de partículas solares más extremos. Y así, los científicos vieron que incluso los menores pueden desencadenar una cadena de reacciones químicas en la atmósfera superior que pueden reducir el ozono. Entre otras cosas, esto afectaría al clima y aumentaría nuestro riesgo de padecer cáncer de piel.
Los científicos siguen estudiando el tema, pero ahora hay una idea mayor de la relación entre la Tierra y estas formas de actividad solar.
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