Pese a las increíbles fotografías que dan testimonio de la microgravedad, este estado es peligroso para salud de los viajeros espaciales.
Cuando el ser humano empezó a explorar el especio exterior, descubrió que, fuera de este planeta, algunas fuerzas operan de forma distinta. Entre los ejemplos más claros se encuentran las manifestaciones de la microgravedad, el estado por el cual los astronautas pueden flotar. Tal fenómeno ha sido estudiado meticulosamente, porque ayuda a comprender mejor otro factor que hace posible la vlida en la Tierra. Esto es lo que sabemos sobre el tema.
¿Qué es la microgravedad?
Es probable que en una búsqueda alrededor del tema se encuentren otras formas de llamar al mencionado estado. Por ejemplo, cero-G e ingravidez son algunos ejemplos. El problema con estos nombres es que hacen alusión a que la microgravedad supone una ausencia total de gravedad, cuando no es así.
La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) indica que la microgravedad es un estado en cual los cuerpos parecen estar ingrávidos. No obstante, esto no refiere a una ausencia de la fuerza.
De hecho, contrario a lo que sugieren algunas formas de llamar a este estado, la microgravedad es la consecuencia de que la única fuerza existente sea la gravedad. Por ello, los astronautas pueden flotar en el espacio exterior y mover objetos de cientos de kilogramos.
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En una publicación hecha en la Revista de la Facultad de Medicina, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), los especialistas ofrecen más detalles sobre la microgravedad. De acuerdo con este artículo, el hecho de que la gravedad sea la única fuerza en ese estado hace que se genere un fenómeno conocido como “caída libre”.
Los expertos añaden que, a unos 330 kilómetros de la Tierra, la gravedad que se experimenta resulta 12.5% menor que la que hay en la superficie de este planeta. Señalan, además, que el cuerpo humano traduce esta situación en un estado de relajación, como consecuencia de la libración del peso terrestre. Sin embargo, hay efectos fisiológicos derivados de la pérdida de masa muscular y ósea.
Un paso más hacia el conocimiento del espacio
El estudio de la microgravedad ha permitido conocer a mayor detalle qué le ocurre a las personas y a los equipos mientras permanecen más allá de los confines terrestres, apunta la NASA. Y es que, en efecto, el cuerpo humano reacciona de forma distinta cuando la gravedad es la única fuerza del entorno.
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En aras de futuras misiones espaciales, agencias como la NASA requieren conocer cómo afecta a los astronautas la microgravedad, pues mantener su salud y seguridad es una cuestión fundamental.
Aparte de lo que los especialistas de la UNAM mencionan como parte de los efectos fisiológicos de la microgravedad, la NASA ha hecho estudios al respecto. Una de las observaciones más alarmantes es que, cuando los astronautas regresan a la Tierra, las arterias carótidas de los exploradores espaciales suelen presentar un envejecimiento que no correspondería al tiempo que permanecieron en orbita. Por desgracia, esto eleva el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares a largo plazo. Ante esto, se ha visto, las sesiones diarias de ejercicio pueden resultar insuficientes.
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