El telescopio espacial James Webb permitió observar tres galaxias, de los albores del Universo, que parecen imposibles.
Uno de los hallazgos más recientes, con relación al espacio exterior, es el de tres galaxias casi tan masivas como la Vía Láctea. Fueron observadas con apoyo del telescopio espacial James Webb, como parte de las actividades del programa FRESCO. Según lo señalado en un comunicado de la Universidad de Ginebra (Suiza), estos vecindarios galácticos ya existían durante los primeros mil millones de años que siguieron al Big Bang.
El estudio en torno a este descubrimiento fue publicado en la revista científica Nature. De acuerdo con la información, estas tres galaxias ponen de relieve que, en los albores del Universo, la formación de estrellas fue mucho más eficiente de lo pensado, cosa que va en contra de los modelos que han tratado de explicar cómo eran las cosas en ese entonces.
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‘Nuestros hallazgos están remodelando nuestra comprensión de la formación de galaxias en el Universo temprano», afirma el Dr. Mengyuan Xiao, autor principal del nuevo estudio e investigador postdoctoral en el Departamento de Astronomía de la Facultad de Ciencias de la UNIGE.
No entrar en caos
Sin embargo, también se menciona que, pese a lo inesperado, estas regiones no ponen en entredicho al modelo cosmológico estándar, aunque sí plantean nuevas interrogantes para las teorías de formación de galaxias en los inicios del cosmos.
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“Estos resultados indican que las galaxias del Universo primitivo podían formar estrellas con una eficacia inesperada”, concluyen los autores.
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