Ofiuco aprieta con sus dos manos un par de serpientes. En la bóveda celeste, durante milenios hay llamado la atención de observadores de estrellas: Tolomeo la describió en su compendio de objetos celestes, y en la actualidad figura entre las 88 formaciones estelares registradas en el cielo nocturno.
Sin embargo, en 2016, la constelación de Ofiuco generó controversia en redes sociales por un comunicado mal interpretado de la NASA. En éste, se anunciaba a Ofiuco como el décimo tercer signo del zodiaco. ¿Será que los griegos y babilónicos calcularon mal la bóveda celeste?, se preguntaban miles de usuarios en línea. ¿Cambia realmente mi personalidad porque mi signo del zodiaco no coincide con las constelaciones visibles? Ésta es su historia.
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Antes que nada, habría que señalar que «Ofiuco es una constelación, no un signo del zodiaco«, como explica la plataforma de observación EarthSky. En la antigüedad, los griegos la asociaron a Asclepio, el semidiós fundador de la medicina. Como el único hijo de Apolo y Coronis, se instruyó en las artes médicas con el centauro Quirón.
Según cuenta la leyenda, el dios del inframundo, Hades, estaba enfurecido por las capacidades curativas de Asclepio. Como uno de los mejores médicos de la Antigüedad, le estaba robando almas para guardar en la Laguna Estigia. Algunos decían, incluso, que era tan hábil que podía resucitar a los muertos.
Por ello, Hades le pidió a Zeus que se deshiciera de él. En una jornada de caza, antes de que el mítico arquero Orión recibiera un flechazo de Atenea por accidente, él intentó interponerse. Sin embargo, el dios del trueno terminó por derribarlo —y perdió la vida. Fue así como se ganó un espacio entre las estrellas más brillantes de las alturas.
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Cuando Asclepio murió asesinado por Zeus, el dios le devolvió la vida con la única condición de que viviera para siempre en las alturas. Para diferenciarlo de otras leyendas estelares del Olimpo, le pidió que sostuviera dos serpientes. En aquel entonces, se les consideraba como símbolo de renacimiento, pues eran capaces de mudar sus pieles para empezar un ciclo nuevo.
Fue así como se formó, según la mitología griega, la constelación de Ofiuco.
De acuerdo con el Observatorio Chandra de Harvard, esta formación estelar se identificaba en la antigüedad como la «figura de un hombre entrelazado con dos serpientes, una en cada mano». Por ello, también, se le conoce como aquel que controla a las víboras.
En el cielo nocturno, se puede localizar en Ascensión Recta de 17h y Declinación en 0º. Como está ubicada cerca de ecuador, se puede observar tanto el hemisferio norte como en el sur. Especialmente, hacia finales de diciembre e inicios de enero, cuando alcanza su mayor visibilidad en la bóveda celeste.
En la actualidad, a la constelación se le conoce como ‘Ofiuco’ porque así fue como los romanos adaptaron la leyenda al latín. Si se siguiera la tradición griega, la constelación se llamaría realmente ‘Asclepio’, el Domador de Serpientes.
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