Un agujero negro es uno de los objetos astronómicos más llamativos y temibles. Estas entidades del cosmos se forman cuando una estrella consume todo su combustible, por lo que son, también, restos estelares. Además, se caracterizan por su gran densidad, misma que da lugar a una poderosa fuerza gravitatoria que no deja escapar ni a la luz. Ante este panorama, surgen diversas inquietudes, siendo una de ellas la pregunta eje de esta nota: ¿podría un agujero negro devorar al Universo? Esto es lo que sabemos.
“Un agujero negro es un objeto astronómico con una atracción gravitatoria tan fuerte que nada, ni siquiera la luz, puede escapar de él”, explica la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés).
No todas las estrellas ven el fin de sus días convertidas en un agujero negro: algunas lo hacen como enanas blancas o estrellas de neutrones. No obstante, las que sí llegan a este punto fueron, al menos, de 10 a 15 veces más grandes que el Sol.
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Los agujeros negros constituyen a uno de los fenómenos cosmológicos más atractivos. Lo anterior se justifica por la gran fuerza de gravedad que concentran estos objetos. De ahí que constantemente los investigadores adviertan, como producto de sus observaciones, el poder que albergan dichas entidades.
El Dr. Alejandro Farah Simón, miembro del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Programa Espacial Universitario (PEU), compartió, con National Geographic en Español, la respuesta a la inquietud.
De acuerdo con el especialista, efectivamente, los agujeros negros son los objetos con la mayor densidad del Universo. En ellos, la gravedad opera de tal manera que en un volumen menor aglutina el equivalente a la masa de muchas estrellas.
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Aunque esto último pueda alarmar, y dar pie a interrogantes como la que aquí se platea, el experto explica que hasta los agujeros negros tienen un límite, el cual está determinado por su propia masa y el balance dinámico con los cuerpos en sus cercanías que están más allá de lo que se conoce como el horizonte de sucesos.
«Existen pruebas astronómicas que demuestran que el Universo está en expansión constante, esto es que las diferentes regiones del espacio se alejan unas de otras. No hay un lugar definido hacia el cual todos los objetos se dirijan. Los propios agujeros negros están envueltos en una danza cósmica, donde la atracción gravitatoria de la masa de otros cuerpos influye en ellos, razón que demuestra que, pese a su poder, estos objetos astronómicos actúan en un ámbito local y limitado. En otras palabras: los agujeros negros no están en posibilidad de devorar al Universo.«
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