En el espacio exterior, lo desconocido abunda. La materia oscura es un misterio que ha cautivado a la comunidad científica por décadas. Esto es lo que sabemos.
Después de años de estudiar el espacio exterior, la comunidad astrofísica identificó dos elementos que conforman gran parte del universo: la energía oscura y la materia oscura.
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Medir lo invisible
Las investigaciones han arrojado números impresionantes; mientras que la energía oscura representa alrededor del ~68% de la composición del cosmos y la materia ~27%, la sustancia que conocemos mejor ocupa tan solo el ~5%.
La materia oscura es difícil de medir. Sus partículas son incapaces de producir, reflejar o absorber luz, por lo que no se puede ver directamente. En cuanto a su composición, no sabemos prácticamente nada sobre los elementos que la forman. Entonces ¿cómo sabemos que existe?
Las alteraciones de la materia oscura en el espacio
Aunque no podemos percibirla a través de los dispositivos de observación astronómica, sí podemos ver cómo afecta los objetos que observamos. Su existencia se determinó a través de algo llamado ‘efecto de lente gravitacional‘. El fenómeno consiste en una alteración de las imágenes del espacio remoto, debido a que la materia oscura obstaculiza el paso de la luz, curvándola a través el espacio.
Hagamos cálculos, si creyéramos que el universo está compuesto sólo de materia visible, los números no cuadrarían. Es la que conforma la mayor parte del cosmos como lo conocemos.
La manera más fácil de definir la materia oscura es hablar sobre lo que no es. La materia oscura no es simplemente un cúmulo de materia sin cuerpos celestes, tampoco es antimateria porque no emite los rayos gamma que la antimateria sí emite. Y sabemos que no es un cúmulo de agujeros negros porque no afecta violentamente los objetos que la rodean.
En pocas palabras, es elemento que está en todo el universo, interactúa con la gravedad, ocupa un espacio y no es visible. Todo lo demás sigue siendo un misterio.
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