De entre todos los cuerpos celestes que existen en el Universo, la Luna es nuestra vecina más próxima. Naturalmente, la curiosidad no podía alejarse de ella. En 1969 el ser humano hizo historia, pues logró pisar ese satélite natural, objeto que nos acompaña frente a la inmensidad del cosmos. A pesar de eso, y de otras misiones no tripuladas que han llegado hasta allá, todavía queda mucho por conocer sobre ese mundo. En este sentido, restaba saber qué hay dentro de la Luna. Todo parece indicar que ya tenemos una respuesta.
Antes de tener mayor precisión sobre qué hay dentro de la Luna, existía un debate científico en torno al tema. Algunos especialistas apostaban por un núcleo líquido, mientras que otros veían más posibilidades de un sólido.
Desde mediados del siglo XX, poco antes de la llegada a la Luna, los investigadores ya hablaban con más seguridad de un interior rocosos. Luego, varios años después, en 2011, los científicos de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) consiguieron pruebas que serían de utilidad para resolver el dilema.
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Ahora, un nuevo estudio, publicado en Nature, da nuevas evidencias que demuestran el estado sólido del núcleo lunar. Los investigadores responsables son de la Universidad de la Costa Azul y del Instituto de Mecánica Celeste y Cálculo de Efemérides (IMCCE) de Francia.
En realidad, lo que estos científicos encontraron no difiere mucho de lo que la NASA sugirió en 2011. Esta entidad indicó que el núcleo de la Luna era, efectivamente, sólido, tratándose de algo denso y metálico. De acuerdo con el comunicado, la mayor parte de esa sección lunar estaría compuesta por hierro y algo de níquel.
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Con constancia del estudio en cuestión, se tienen mayor respaldo para lo que la NASA señalaba hace más de 10 años. Y es que los científicos encargados de este estudio llegaron a la conclusión de que el núcleo de la Luna sí es sólido. Incluso, tienen estimaciones de su diámetro, el cual rondaría los 500 kilómetros, y de su densidad, que es de 7 mil 822 kilogramos por metro cubico. Estos datos, además, llevan a los investigadores a pensar que, tal y como se creía, el interior lunar está conformado por hierro.
Para llegar a sus conclusiones los científicos retomaron datos geológicos del programa Apolo y de la misión GRAIL de la NASA. Así, desarrollaron un modelo informático que les permitió crear un perfil probable del interior del satélite natural que tomó en cuenta las deformaciones creadas debido a las interacciones gravitatorias con la Tierra.
Finalmente, el estudio sugiere que, aparte de una preponderancia de algo que parecería ser hierro, el núcleo de la Luna podría albergar un pequeño porcentaje de elementos ligeros, como el azufre. Esto seguiría aumentando las similitudes entre el interior terrestre y lunar.
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