El espacio exterior no está exento de ver la faceta más oscura del ser humano, puesto que, al día de hoy, ya se ha cometido un crimen allá.
En 2019 se perpetró el que fue señalado como el primer crimen en el espacio exterior. El caso fue el de la astronauta Anne McClain, quien fue acusada por robo de identidad y acceso indebido a registros financieros privados. El proceso se llevó a cabo desde la órbita terrestre.
Summer Worden, ex oficial de inteligencia de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, y exesposa de McClain, fue quien acusó las acciones de la cosmonauta, pues, con su experiencia, no solo se percató de que alguien entraba a sus cuentas bancarias, sino que también identificó que la operación se hizo con un computadora que estaba en el espacio.
En específico, el histórico crimen se cometió en la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés). McClain iba a ser parte de una misión, en donde integraría el grupo de las primeras mujeres en hacer una caminata espacial. Al final, este proyecto, organizado por la NASA, se canceló.
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Una vez que la astronauta regresó a la Tierra, fue confrontada por su expareja. En su defensa, McClain argumentó que había hecho eso con el fin de asegurarse de que hubiera suficiente dinero para cubrir las necesidades del hijo que tienen en común. No obstante, Worden no aceptó esto y llevó el asunto a otro nivel, presentando una queja a la Comisión Federal de Comercio y a la oficina del inspector general de la NASA.
¿Qué sucede con los crímenes espaciales?
Dado que la situación parecía escapar a toda jurisdicción, en un principio fue complicado definir cómo tratar lo ocurrido. En esto, llegaron a estar involucrados varios países: Rusia, Japón, Estados Unidos, Canadá y los miembros de la Unión Europea. Sin embargo, para delimitar las cosas, se decidió que las atribuciones jurídicas correspondían al país de origen de la astronauta.
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Por fortuna, hasta la fecha, no han ocurrido delitos más graves en el espacio. Pero, si se pensaba que, en caso de pasar, los crímenes fuera de nuestro planeta quedarían impunes, hay un error.
Las previsiones comenzaron desde 1967, cuando se firmó el Tratado del Espacio Exterior. En ese momento se definió que la responsabilidad de solucionar estas situaciones caería en manos del país dueño de la sonda, cohete o nave, en el que están matriculados los vehículos.
Aun con lo anterior, el primer crimen en el espacio exterior fue un dolor de cabeza en un inicio, ya que la Estación Espacial Internacional, lugar donde se cometió, es un proyecto a cargo de agencias espaciales de muchos países. Sin embargo, la solución no tardó en llegar y marcó un referente para lo que podría venir en los años futuros.
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