Cuando un cometa se acerca al Sol, todo su cuerpo se calienta. Parte de éste termina por convertirse en vapor. Este proceso sucede cada que, en su viaje cósmico, se acerca a estrellas similares. Algunos de sus pedazos quedan sueltos, explica la NASA. Así se origina un evento astronómico único, conocido como ‘lluvia de meteoros‘.
En redes sociales, algunos usuarios se lamentan de que no pudieron ver estos espectáculos celestes. Sin embargo, estos eventos astronómicos son bastante más comunes de lo que parecen ser. Aquí te decimos cuándo son, de dónde vienen y cuándo es el mejor momento para apreciarlos.
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De manera natural, los cometas describen órbitas alrededor del Sol. Cuando se acercan mucho al astro, desprenden pedacitos de su cuerpo, que salen disparados en el espacio exterior. «Los fragmentos de escombros que entran en la atmósfera de la Tierra se llaman meteoritos«, explica la NASA.
Cuando estos pedazos sueltos de cometas interactúan con la atmósfera terrestre, se encienden, y aparecen en el cielo nocturno como estrellas fugaces. Casi en cualquier noche es posible verlos, si la contaminación lumínica lo permite.
«Sin embargo», documenta la agencia espacial, «durante una lluvia de meteoros, se pueden ver de decenas a cientos de meteoros cada hora. Muchas de estas lluvias de meteoritos se pueden predecir y ocurren en la misma época cada año».
Conforme el cuerpo celeste pasa por la Tierra, o se precipita hacia la superficie, la resistencia que genera el aire de la roca la enciende. Por ello, se ven como estrellas fugaces en el cielo nocturno. La cola encendida que se aprecia desde la superficie terrestre no es la roca en sí misma, sino la cola ardiente que deja a su paso.
Una por una, éstas son las lluvias de meteoro que aparecen a lo largo del año. Aunque las fechas no son fijas, históricamente se registran alrededor del mismo momento:
Las Alfa Centáuridas son una lluvia de meteoros de intensidad baja pero impredecible, que aparece a finales de enero y alcanza su mayor actividad en la primera mitad de febrero.
Según la Organización Internacional de Meteoros, las Alfa Centáuridas ingresan a la atmósfera a unos 56 kilómetros por segundo y la lluvia de estrellas se mantiene activa desde el 31 de enero hasta el 20 de febrero, con un punto de actividad máxima en la noche del 8 de febrero, cuando será posible observar una media de 6 meteoros por hora en un cielo despejado y sin contaminación lumínica.
La región más privilegiada para ver las Eta Acuáridas, históricamente, es desde los trópicos y el hemisferio sur. Lo mejor para admirarlas en todo su esplendor es encontrar un espacio despejado, sin edificios ni elementos que obstruyan el horizonte. Para poder verlas en todo su fulgor, lo mejor sería estar en un lugar apartado de las grandes urbes, hoy congestionadas con contaminación lumínica.
Cuando un cometa se desintegra cerca de la Tierra, la probabilidad de que se presente una lluvia de meteoros es alta. Tal es el caso, según la NASA, de las Tau Hercúlidas de este 30 y 31 de mayo. Según los registros de Space, la lluvia de meteoros Tau Hercúlidas está «clasificada como la mejor de las exhibiciones anuales de meteoritos».
Cada verano, la órbita de la Tierra coincide con los restos de polvo estelar y rocas que deja a su paso el cometa 96P/Machholz, un visitante asiduo entre los planetas interiores del Sistema Solar.
Las Delta Acuáridas aparecen en el cielo nocturno desde mediados de julio hasta finales de agosto; sin embargo, el mejor momento para observarlas coincide con los últimos días de julio. En 2021 el pico de máxima actividad ocurrirá en las noches del 28 y 29 julio, cuando será posible ver hasta 20 meteoros por hora en condiciones óptimas.
Cada año, el intrincado camino de la Tierra alrededor del Sol atraviesa regiones de su órbita con partículas de hielo, rocas y polvo dejadas por los cometas a su paso por los planetas interiores del Sistema Solar. Muchas de ellas, originadas en la Nube de Oort.
En 2021, el primer meteoro proveniente de las Perseidas fue captado por la NASA el 26 de julio. Este año, sin embargo, la actividad empezó hacia la última semana del mes. Se espera que la lluvia de estrellas continuará en ascenso, hasta alcanzar su intensidad máxima las noches del 11 al 13 de agosto.
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