El otoño está a la vuelta de la esquina y estos son los fenómenos astronómicos que no te puedes perder en septiembre.
Mientras la temperatura desciende lentamente, las puestas de Sol comienzan a pintar un color distinto al atardecer y los colores en la naturaleza transitan hacia los ocres y rojizos de a poco: la llegada de septiembre anuncia la recta final del año y con él, la llegada del otoño, una de las estaciones más populares.
Aquí los principales fenómenos astronómicos de este mes y los mejores momentos para levantar la vista al cielo nocturno:
Luna nueva (7 de septiembre)
Cada Luna nueva es una posibilidad para observar a detalle otros mundos del Sistema Solar y algunos objetos de espacio profundo. La noche del 7 de septiembre será el mejor momento del mes para observar a los dos gigantes gaseosos, Júpiter y Saturno, que desfilarán durante la madrugada en la constelación de Capricornio.
Las constelaciones más populares del otoño comienzan a figurar cada vez más en la bóveda celeste: antes del amanecer, Orión se colocará en el punto más alto de nuestras cabezas, lo mismo que Tauro, donde ubicar las siete estrellas más visibles del cúmulo de las será todo un reto.
Neptuno en oposición (14 de septiembre)
A mediados del mes, el octavo mundo respecto al Sol se encontrará en oposición y transitará durante la noche entre Piscis y Acuario. Aunque se trata del mejor momento del año para verlo, su distancia respecto a la Tierra lo hace únicamente accesible a través de telescopios profesionales.
Neptuno fue el primer planeta descubierto a partir de cálculos matemáticos y una serie de anomalías gravitacionales detectadas en el movimiento errático de Urano. El hallazgo fue realizado con lápiz y papel en 1846 por el matemático francés Urbain Le Verrier, cuya predicción fue confirmada por el alemán Johann Gottfried Galle, la primera persona en observarlo.
Conjunción Júpiter-Saturno-Luna (17 y 18 de septiembre)
A mediados de septiembre, los dos planetas gaseosos masivos del Sistema Solar y la Luna gibosa creciente se encontrarán en la constelación de Capricornio:
La madrugada del 17 de septiembre, Saturno se acercará a la Luna (menos de 5 grados) y ambos parecerán cada vez más juntos en la bóveda celeste conforme se acerque el amanecer.
Un escenario similar se repetirá la noche siguiente, pero esta vez con Júpiter. Ambos mundos acompañarán a nuestro satélite natural desde el anochecer y hasta un par de horas antes del amanecer, cuando desaparezcan por el oeste.
Luna llena (20 de septiembre)
El verano del hemisferio norte se despide con un fenómeno poco común: la cuarta y última Luna llena estival, que llegará apenas dos días antes del equinoccio de otoño.
En el territorio que actualmente ocupan los Estados Unidos, la Luna llena de septiembre era conocida como Luna de maíz, debido a que su aparición en el cielo nocturno era una señal para los algonquinos (un grupo de nativos americanos establecidos en el noreste del continente, al sur de los Grandes Lagos) de que era el momento de cosechar maíz, calabaza y frijoles.
La Luna llena de septiembre de 2021 se encontrará a unos 399 mil kilómetros de nuestro planeta, una distancia un poco mayor que el promedio (384,400 kilómetros) que separa a la Tierra de su satélite natural; de modo que este plenilunio será uno promedio y no aparecerá más grande ni brillante en el cielo nocturno.
Equinoccio de otoño (22 de septiembre)
El próximo 22 de septiembre, ocurrirá una vez más el fenómeno astronómico conocido como equinoccio, el momento en el que el Sol cruzará el ecuador celeste en su camino hacia el norte, provocando que el día y la noche tengan una duración casi idéntica y dando inicio al otoño en el hemisferio norte y a la primavera en el hemisferio sur.
A partir de ese instante, la temperatura descenderá gradualmente en el hemisferio norte, mientras los días se irán haciendo cada vez más cortos hasta alcanzar su mínimo el próximo 21 de diciembre, cuando el solsticio marque el final del otoño y el inicio del invierno boreal.
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