El 15 de julio, los científicos encargados de monitorear el espacio exterior se dieron cuenta que un asteroide había rozado la Tierra dos días antes.
El brillo de nuestro Sol nos cegó ante lo que pudo haber sido una tragedia: el impacto de un meteoro. La roca espacial pasó a menos de 100 mil kilómetros de distancia y no se detectó hasta días después de recorrer el punto más cercano a la Tierra. El asteroide tiene el tamaño de un rascacielos de 20 pisos y de acuerdo con la NASA, rozó nuestra Tierra el 13 de julio de este año. Esto es lo que sabemos.
Un intruso silencioso
El nombre de nuestro visitante cósmico es 2023 NT1 y su impacto pudo haberse convertido en una tragedia. El asteroide que pasó junto a nuestro planeta el 13 de julio de este año es tres veces más grande que el que impactó la región rusa de Chelyabinsk en 2013. Dicho cuerpo celeste dejó un saldo de 1,500 heridos y tampoco fue visto debido al Sol. Aún así, los expertos aseguran que el recién descubierto cuerpo celeste no hubiera sido un riesgo para la Tierra.
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Ahora, un intruso se ha colado en nuestro vecindario planetario para pasar con sigilo junto a nuestra Tierra. Fue hasta el 15 de julio que un telescopio del Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS, por sus siglas en inglés) logró identificar a este asteroide que rozó la Tierra. El observatorio ubicado en Sudáfrica observó al cuerpo celeste mientras salía del Sistema Solar.
A pesar de la avanzada tecnología que han desarrollado instituciones como la NASA, los científicos que se dedican a la astronomía han reconocido que el Sol provoca puntos ciegos en la observación espacial.
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