Colmillos falsos con dispositivos GPS ocultos exponen el rastro de los cazadores furtivos de elefantes en África
Cuando el Museo Americano de Historia Natural decidió actualizar la sala de mamíferos norteamericanos el taxidermista George Dante recibió una llamada. Cuándo murió la tortuga solitario George, emblema de las islas Galápagos, fue Dante quien asumió la tarea de restaurarlo. Pero este artesano, uno de los taxidermista más respetados del mundo, nunca ha hecho lo que estoy apunto de pedirle. Nadie lo ha hecho.
Quiero que Dante diseñe un colmillo artificial de elefante que se vea y se sienta como los colmillos confiscados que me prestó el Servicio de Vida y Pesca Silvestre de Estados Unidos. Quiero que dentro del colmillo falso inserte un GPS hecho a la medida hecho a la medida y un sistema de rastreo satelital. Si puedes lograrlo, le pediré que haga algunos más.
En el mundo criminal, el marfil opera como moneda, así que, cierto modo, le estoy pidiendo que imprima dinero apócrifo al que pueda dar seguimiento. Utilizaré estos colmillos para cazar a quienes matan elefantes y para saber qué caminos sigue el marfil, de que puertos sale, en qué barcos viaja, por cuáles ciudades y países transita y dónde acaba.
Los colmillos artificiales plantados en un país del centro de África, ¿se dirigirán al este -o al oeste-, hacia una costa con transporte viable hasta los mercados asiáticos? ¿irá al hacia el norte, la ruta más violenta del Martín en el continente africano? ¿ O no irán a ninguna parte, descubiertos antes de que los muevan y entregados por una persona honesta?
Para probar el marfil, los traficantes rasparán el colmillo con una navaja o sostendrán un encendedor debajo de él; El Martín es un diente y no se derretirá. Mis colmillos tendrán que comportarse Como el marfil. "Y yo voy a encontrar una manera de conseguir ese brillo " dijo Dante, refiriéndose a los tres que tiene un colmillo limpio de elefante.
Como gran parte del mundo, George Dante sabes que el elefante africano sufre asedio. Una floreciente clase media china con un insaciable gusto por el marfil, una pobreza atroz en África que debilita corrompe la aplicación de la ley en mas manera que nunca de matar a un elefante han creado una tormenta perfecta. El resultado: alrededor de 30,000 elefantes africanos sido sacrificados cada año, más de 100,000 entre 2009 y 2012. Y el ritmo de la matanza no disminuye.
La mayor parte del marfil ilegal va a China, donde un par de palillos en Marfil puede representar más de 1000 dólares, y los colmillos tallados cientos de miles de dólares cada uno.
Hasta el momento mis colmillos artificiales enviaron su última comunicación desde una ciudad sudanesa llamada Ed Daein.
Encuentra el artículo completo en la edición de septiembre de la revista National Geographic en Español. Éste artículo inaugura la Unidad de Investigaciones Especiales de National Geographic Society, que informará sobre crímenes contra la vida silvestre.