Este texto fue escrito por Mary Winston Nicklin, las fotografías son de Tomas Van Houtryve y será parte de la versión impresa de la Revista National Geographic el mes de agosto. Suscríbete aquí.
Antes de las preparaciones para 2024, nadar en el Sena era impensable… menos para los bomberos.
Un hombre pasa por encima del barandal del Puente de las Artes, en París. Debajo, las corrientes marrones del Sena, acrecentadas por la lluvia reciente, corren a raudales por delante del Museo del Louvre. Una multitud de espectadores se reúne y mira boquiabierta. Entonces el hombre salta.
Thomas es uno de los selectos bomberos en la estación flotante Centro de Rescate La Monnaie, en el centro de París. Aparece en el río en cuestión de segundos antes de que sus compañeros lo saquen del agua, que está a 3 °C, y lo suban al bote de rescate que espera. Una vez terminados los ejercicios de entrenamiento, el piloto se apresura a regresar a la base (un buque de carga de 1927 transformado y equipado con gimnasio, acuario y regadera exterior con las vistas más hermosas de París). Bajo el bote se esconde un pez gato (Silurus glanis) al que nombraron Roger.
Los Bomberos de París
La Brigada de los Bomberos de París, única en Francia, es una unidad del ejército francés gracias a un decreto imperial de Napoleón en 1811. Las fuerzas “fluviales” (a diferencia de las “terrestres”) deben recibir un estricto entrenamiento y superar un proceso de selección; apagan grandes incendios, rescatan a personas de ahogarse y un fatídico día de abril de 2019 ayudaron a extinguir el infierno devastador de Notre Dame al bombear agua directamente del Sena.
Durante años, estos bomberos han estado entre los pocos solitarios autorizados para nadar en el Sena. Lo que alguna vez fue un portal al disfrute (los parisinos se asoleaban y chapoteaban en el río o modelaban bikinis en la alberca Deligny, alimentada por el Sena), ha estado prohibido por más de un siglo a causa del tráfico y la contaminación del río, pero eso está por cambiar. Tras un ambicioso proyecto de limpieza de 1,500 millones de dólares, el río desempeñará un papel destacado en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de verano de 2024. El Sena servirá de escenario para la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos y, si todo sale según lo planeado, como la sede de tres eventos de natación.
“Nuestro objetivo es dejar como legado olímpico que cualquier persona en París pueda nadar en el Sena”, comenta Pierre Rabadan, el teniente alcalde a cargo de los deportes, los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, y el Sena.
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