Un misterioso castillo perdido que perteneció a Enrique VIII, rey de Inglaterra y señor de Irlanda, fue descubierto en el jardín trasero de una casa en la comunidad inglesa de Collyweston. La ubicación del palacio permaneció oculta durante cinco siglos y su localización parecía algo imposible.
Los descubridores llevaron a cabo diversos estudios geofísicos y utilizaron un radar de penetración terrestre para localizar la construcción. Esta edificación perteneció a la familia Tudor del siglo XV y en los trabajos de excavación se vislumbra algunas de sus paredes.
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La Sociedad Histórica y de Preservación de Collyweston (Chaps) estuvo a cargo del hallazgo del castillo perdido de Enrique VIII. El equipo está compuesto por más de 80 miembros, desde adolescentes hasta personas de entre 70 y 80 años, quienes pertenecen a la comunidad. La búsqueda inició en marzo de 2018 y el punto de partida fueron las historias y rumores que se contaban respecto a este palacio.
“Muchos de nosotros crecimos en el pueblo, y escuchas acerca de este palacio perdido y te preguntas si es un mito o es real. Así que simplemente queríamos encontrarlo”, dijo Chris Close, presidente de la Chaps. “Somos un grupo de aficionados. No teníamos dinero, ni experiencia, ni planes, ni impresiones artísticas que realizar, y no quedaba nada del palacio. Es la ingenuidad y el trabajo duro lo que nos ha llevado a ello”.
El equipo entusiasta de la arqueología logró descubrir los muros sepultados y que se derrumbaron debido al deterioro alrededor del año 1650. Las molduras de piedras fueron validadas por historiadores de la Universidad de York, quienes confirmaron que era el castillo de la familia Tudor, el cual se había dado por perdido.
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Durante las décadas de 1980 y 1990, hubo varios intentos para hallar el Palacio Collyweston, morada de Lady Margaret Beaufort, madre de Enrique VII, pero fue hasta ahora que la tecnología permitió el descubrimiento.
Este castillo fue prominente en el siglo XV y escenario de eventos históricos relevantes, entre ellas las festividades previas a la boda de Margarita Tudor y Jaime IV de Escocia, en 1503. En octubre de 1541, Enrique VIII también presidió la corte en esos terrenos. La Sociedad Histórica y de Preservación de Collyweston afirma que la última figura real registrada en el castillo fue Isabel I, quien dirigió la corte aquí el 3 de agosto de 1566.
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