El 13 de octubre de 1972 un equipo de rugby uruguayo (Club Old Christians) viajaba desde Montevideo hasta Santiago, la capital chilena. El vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya terminó estrellándose en la frialdad de Los Andes. De acuerdo con Britannica, solo lograron sobrevivir 16 personas de 45 abordo. Desde entonces decenas de reproducciones narrativas han traído al mundo su versión de la tragedia.
Recientemente llegó a Netflix una de ellas: «La sociedad de la nieve» del director español Juan Antonio Bayona. Esta es una adaptación de un libro homónimo del periodista uruguayo Pablo Vierci que narra no solo las complicaciones de los pasajeros del vuelo 571 estando en Los Andes, sino también las implicaciones socioemocionales después de haber sobrevivido.
A pesar de haber pasado más de 50 años desde el accidente, la historia de quienes lograron sobrevivir sigue dando de qué hablar. Pasaron más de dos meses sin que lograran rescatar al equipo que, con decisiones complicadas como acudir al canibalismo, logró construir una historia de supervivencia inevitablemente llamativa.
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Resulta imposible que «La sociedad de la nieve» logre una versión idéntica a los hechos o completamente fiel a las emociones de quienes estuvieron involucrados. Sin embargo, la adaptación bebe mucho de los testimonios reales que por mucho tiempo han atraído la atención de mundo entero. Empezando por las causas y los errores que motivaron el accidente.
«El piloto había calculado mal la ubicación de la aeronave, que todavía se encontraba en los Andes. Sin saber del error, los controladores le autorizaron a comenzar el descenso en preparación para el aterrizaje. Poco después, la torre de control chilena no pudo contactar con el avión», menciona Britannica.
El impacto mató a 12 personas y dejó al resto heridos. La temperatura era extremadamente fría, pues se encontraban a una altura de 3,500 metros. Poco a poco los recursos se terminaron y los supervivientes optaron por comerse los cadáveres de quienes murieron en el impacto. Más tarde, algunos no lograron soportar las condiciones extremas y otros 8 murieron cuando una avalancha enterró el avión.
Los 16 últimos supervivientes lograron comunicarse, gracias a notas escritas sobre piedra, con un pueblo de pastores de Los Maitenes, Chile. Ellos notificaron a las autoridades y finalmente el 22 de diciembre dos helicópteros aterrizaron en el lugar donde el vuelo 571 se accidentó, marcando el final de una trágica historia inundada en matices polémicos, conmovedores y sorprendentes.
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