Así ha cambiado la arquitectura después de los sismos

Los países más afectados por los sismos han tenido que pensar en una arquitectura enfocada a la resistencia a estos fenómenos naturales.

Los sismos, al igual que otros fenómenos naturales, obligan a repensar cómo nos hemos estado desarrollando y relacionando con nuestro entorno. Muchos cambios vienen derivados de las consecuencias que estos han dejado, sobre todo en las grandes ciudades, donde el impacto es mayor debido a la cantidad de personas y construcciones que configuran esos ecosistemas urbanos. Esto nos hace notar que fuera de una cultura de prevención, que es esencial para salvar vidas, también es importante ver de qué manera la arquitectura puede hacer frente a los sismos.

Con motivo del 19 de septiembre, fecha doblemente grabada en la historia de México, por los terremotos de 1985 y 2017, revisamos algunos de las principales medidas que algunos de los países más afectados por los sismos han implementado en lo tocante a su arquitectura y reglas de construcción. Esto es lo que sabemos.

Hacia una arquitectura sismorresistente

Primero que nada, habría que decir que sí existe el término “sismorresistencia”. Este, además de estar íntimamente ligado a la arquitectura, hace referencia a aquellas edificaciones que se diseñan y construyen con una adecuada configuración estructural, con componentes de dimensiones apropiadas y materiales de una proporción y resistencia suficientes para soportar el efecto de los sismos frecuentes. Así lo explica la Universidad de Valladolid.

México

En México, país ubicado en el Cinturón de Fuego, los sismos son una amenaza constante. A este país, a lo largo de los años de registro, le ha tocado experimentar tres terremotos significativos para su capital: 1957, 1985 y 2017. Los dos más recientes han coincidido en una misma fecha: el 19 de septiembre. Ello ha hecho que entre la población se lleven toda suerte de teorías al respecto.

Terremoto de 1985 — Raphael GAILLARDE/Getty Images

Frente a esta situación, lo que es un hecho es que México no es el mismo tras esos violentos movimientos. Como prueba de lo anterior está que, después de 1985, las reglas de construcción cambiaron en la capital del país, ya que se estableció el uso de concreto reforzado con acero y la distribución de cargas. A esto hay que sumar las vías de escape que deben tener las edificaciones.

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Luego, en 2017, la tragedia hizo que un grupo de arquitectos, bajo el nombre de “Reconstruir México”, se uniera con el firme propósito de diseñar viviendas sostenibles y adaptadas al contexto como parte de los esfuerzos de regeneración.

Los especialistas visitaron algunas de las comunidades más pobres y afectadas por el terremoto de 2017. Sus valoraciones los hicieron determinar que las casas de bloque, un material común, tenían mayor tendencia al derrumbe, mientras que las de materiales naturales, como la palma y el carrizo, mostraban mayor resistencia.

Japón

Japón también está en una zona de alto riesgo sísmico. Sin embargo, los cambios normativos para enfrentar estos desastres han hecho de este país un modelo de referencia en el tema.

Desde 1923 las actualizaciones normativas en Japón hacen que en la nación asiática las estructuras se realicen con hormigón armado y acero, para dar más flexibilidad a estas ante las ondas sísmicas.

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Aparte de este cambio básico en la construcción japonesa, está una tecnología conocida como Sistemas AMD (amortiguador de masa activa). Esta consiste en masas movidas por brazos mecánicos que son controlados electrónicamente.

Como medida auxiliar, Shigeru Ban, un arquitecto japonés, inició sus construcciones con materiales ecológicos, como tubos de cartón y papel. Lo que sale de este proyecto a menudo es concebido como viviendas temporales para ayudar a las personas afectadas por la pérdida material.