La Biblioteca del Futuro, instalada en un bosque cerca de Oslo, se cuestiona el papel del ser humano en el tiempo, en la naturaleza y su deber en la posteridad.
«Un bosque está creciendo en Noruega». Eso es lo primero que el visitante se encuentra en el portal oficial de la Biblioteca del Futuro, en el área limítrofe de Oslo. El proyecto es ambicioso: cientos de autores alrededor del mundo escribirán obras literarias que nadie podrá leer. O al menos, no en 100 años. Todos estos títulos se plantarán en árboles nuevos, que están poblando el bosque más joven del país.
Aunque las obras ya están escritas, no han sido impresas todavía. Por el contrario, según documenta el periodista Richard Fischer para la BBC, los árboles recién plantados «proporcionarán el papel para una colección especial de libros«. Hoy, los árboles apenas se alzan hasta 1 metro de alto. Los gestores del proyecto esperan que, al menos, crezcan 30 metros más.
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Crecerán bosques
La periodista Mariana Anzorena fue mi profesora en la universidad. Recuerdo con cariño que, en alguna de sus clases, nos dijo que el conocimiento se siembra en las mentes de las personas. Su misión como docente era que, con sus estudiantes, crecieran bosques. Algo de esta misma premisa se sembró en la Biblioteca del Futuro en Noruega.
Según la cobertura de la AFP, los árboles que pertenecen a este proyecto fueron «plantados en un pequeño claro en un bosque en las afueras de Oslo». Las jornadas de siembra empezaron en junio de 2017, con la idea de que cada árbol llevara el manuscrito de un autor dentro de un siglo.
Cada año, un nuevo título se sumará a la colección de la Biblioteca del Futuro. Al iniciar el siglo XXII, cada tomo se publicará con el papel que produzca cada miembro de este nuevo bosque. Hasta ahora, según la agencia de noticias, se han plantado mil piceas, que «son el único signo tangible de este proyecto babilónico». Cada una —hoy apenas arbustos pequeños— está marcada con un listón rojo, que la diferencia de los demás árboles cerca de la capital.
Un bosque de autores que nadie puede leer
La ceremonia de ‘apertura’ de la Biblioteca del Futuro se dio en el verano de 2022. Según la describe la artista líder del proyecto, Katie Paterson, es un «proyecto artístico de 100 años creado para expandir las perspectivas del tiempo de las personas y su deber para con la posteridad«.
El proyecto, sin embargo, comenzó en 2014. De la mano con la artista noruega Anne Beate Hovind, Paterson invitó a una comunidad más grande de autores para enviar un manuscrito inédito. El encargo continuará hasta el año 2114, cuando el último escritor enviará un texto que nadie ha leído jamás.
Al término del siglo, todos estos libros que nadie ha leído nunca se publicarán finalmente. Todos formarán parte de una colección única de libros, que compilarán el conocimiento del ser humano sobre el tiempo, la relación con la naturaleza y nuestro deber como especie hacia la posteridad.
Al interior del ‘Cuarto del Silencio’
Cada autor que integra el proyecto tiene que ir personalmente a entregar el manuscrito a Oslo, donde se encuentran las oficinas centrales de la Biblioteca del Futuro. Escritores de diferentes partes de África, autores europeos, asiáticos y del continente americano ya integran el catálogo de pensadores que se publicarán el próximo siglo.
No todos son escritores de ficción. La colección también considera poetas y ensayistas, para abarcar un espectro más amplio de la producción literaria del siglo XXI. Hasta ahora, quienes formen parte de este compendio centenario sólo pueden compartir el título de su obra. En parte, para darle promoción al proyecto, pero también, para sentar un precedente. Finalmente, habrá personas que sepan de su participación en la Biblioteca del Futuro, pero no vivirán lo suficiente para leer sus obras.
En contraste, hay autores que formarán parte del proyecto que ni siquiera han nacido todavía. Todos estos manuscritos, según Richard Fischer, «se almacenarán durante casi un siglo dentro de cajones de vidrio cerrados con llave en un rincón oculto de la biblioteca pública principal de Oslo». El depósito se llama ‘Silent Room’: el Cuarto del Silencio.
Cuando llegue el año 2114, los cajones de vidrio del Cuarto del Silencio se desbloquearán. Sólo entonces se talarán los árboles del bosque más joven de Noruega, y finalmente, se publicarán los tomos que aguardaron un siglo para salir a la luz. Mientras tanto, los autores que se sumen y los gestores del proyecto no podrán decir nada de ellos. Éste será un siglo de silencio para un bosque que hablará por varias generaciones de autores.
El silencio se romperá sólo hasta cumplido el plazo de 100 años —si la crisis climática global lo permite.
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