Abordo del HMS Beagle, Charles Darwin le dio la vuelta al mundo en cinco años. Una de sus paradas más célebres fue en las Islas Galápagos, en Ecuador, donde se asume que desarrolló las bases para su obra capital: El origen de las especies (1859). Con tan sólo 22 años, el científico iba como un apoyo al capital Fitz Roy. Uno de los puntos de referencia con los que todavía hoy se le reconoce a esa zona del país era el Arco de Darwin, que colapsó por las fuerzas de la naturaleza más de 160 años más tarde.
Esta formación rocosa en forma de arco pertenece al Parque Darwin, en Ecuador: una zona natural protegida cerca del mar, en la que se supone que el científico trazó las primeras líneas teóricas de su propuesta magna. Hoy, el espacio está abierto al público. Sin duda, el Arco de Darwin era de las atracciones turísticas más visitadas en Ecuador.
Con el paso de los siglos, la erosión y el embiste de las olas desgastaron las piedras. El Ministerio del Ambiente y Agua del país anunció que, el 17 de mayo de 2021 por la mañana, a fuerza del viento y del mar, las piedras finalmente se habían venido abajo por medio de su cuenta oficial de Twitter. Acompañaron el tuit con una fotografía tomada in situ, como se muestra a continuación:
Ahora, en las profundidades del mar yacerá lo que antaño fue el dintel del arco de Darwin. Parece ser que ninguna de las demás formaciones geológicas ha sufrido cambios tan drásticos como éste, que se preciaba de ser un ícono cultural de este área natural protegida ecuatoriana.
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Situada originalmente al norte de las islas Galápagos, este arco natural se ha convertido en un par de pilares geológicos. Aunque originalmente tenía forma de un umbral hacia territorio ecuatoriano, hoy se ha vencido por el golpeteo cotidiano de las olas. Hasta ahora, las autoridades no han informado de daños humanos ni más pérdidas.
A pesar de esto, los turistas todavía podrán visitar el sitio como se venía haciendo hasta ahora. Las prácticas de buceo y de avistamiento de especies siguen estando permitidas, y volverán a abrir sus puertas a la brevedad para recuperarse de la caída dramática de visitantes por la pandemia.
Entre los animales observables se encuentran tortugas, tiburones y una diversidad de pájaros. Se asume que, durante su estancia en la isla —que hoy sólo es visitable vía marítima—, Darwin observó a las mismas especies. En la actualidad, los buzos que han tenido esa experiencia de inmersión llaman al sitio «El Teatro», ya que las aguas están quietas casi por completo, y la biodiversidad se puede apreciar en todo su esplendor.
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