¿Cómo afecta el cambio climático a los árboles de Navidad? Existen diversas evidencias al respecto que muestran las consecuencias para la silvicultura.
La llegada de diciembre es el punto de partida de una de las industrias más activas de fines de año alrededor del mundo: la de los árboles de Navidad. Este objeto emblemático que se convierte en el eje central de la decoración navideña en todos los hogares está padeciendo los estragos de un problema que afecta al planeta entero: el del cambio climático. ¿Pero cómo afecta el cambio climático a los árboles de Navidad y cuáles son las evidencias al respecto?
Cómo afecta el cambio climático a los árboles de Navidad
Una de las manifestaciones del cambio climático son las altas temperaturas que se registran cada vez más en diversos rincones del planeta. Lugares como Nueva Escocia, Canadá, donde se produce el abeto balsámico que se vende como árbol de Navidad, solía tener nevadas masivas en otoño. Esto favorecía a los árboles que se venderían en diciembre, ya que el abeto requiere de una serie de heladas previas para endurecerse y conservar sus agujas mucho después de ser cortadas.
Sin embargo, estas heladas son cada vez menos frecuentes en dicho territorio, como lo manifiesta Chrissy Trenholme, subdirectora de la Northeastern Christmas Tree Association
«Tenemos suerte aquí: tenemos un clima frío. Sin embargo, estamos viendo cambios. Nuestros otoños son cada vez más cálidos».
Los Estados Unidos también tienen territorios que se caracterizan por el cultivo de diversas especies de árboles que se venderán en Navidad. Uno de ellos es el estado de Oregón, donde también el clima está afectando la producción y demanda de árboles.
Diversos agricultores comenzaron a notar que varios de sus árboles se volvían marrones y secos mucho antes de lo esperado.
«Te rompe el corazón el hecho de que un día salgas a la calle y los árboles parezcan bonitos y -frescos, y al día siguiente estén marchitos y se vuelvan de color. Y no hay nada que puedas hacer al respecto», dijo a The Guardian Larry Ryerson, un agricultor de árboles de Navidad de 78 años que radica en el sur de Oregón.
Pérdidas sustanciales a corto y largo plazo
Por supuesto, lo anterior merma la producción de los agricultores (y sus ganancias) para quienes el cambio climático se ha convertido de manera paulatina en el gran enemigo a vencer. Pero hay otro problema que pudiera derivarse a unos 8 o 10 años.
Un árbol de Navidad tarda casi una década en crecer lo suficiente antes de ser llevado a casa y decorado. Esa es una de las razones por las que la oferta es escasa este año, dice Jim Horst, director ejecutivo de la Asociación de Árboles de Navidad de New Hampshire y Vermont: los árboles que son adultos ahora mismo se plantaron durante una época en la que los precios no eran favorables, por lo que algunas personas dejaron de cultivar.
Horst es dueño de una granja en el sur de Vermont donde se cultivan árboles de Navidad. Este año perdió cerca del 30% de los nuevos árboles que plantó en 2020 debido a la extrema sequedad de mayo y junio por el cambio climático.
La escasez de árboles en este 2021 pudiera provocar que en unos 10 años no haya suficientes árboles para las familias que salgan a buscarlos.
Plagas: el otro enemigo causado por el cambio climático
El cambio climático también se deja ver en el aumento de plagas de insectos que infestan a los árboles de Navidad, sobre todo en México. A nuestro país llegan estos productos procedentes de diversas regiones de los Estados Unidos cargados de insectos considerados como dañinos en nuestro país para diversos ecosistemas.
Se trata de entre 25 y 30 plagas de distintos organismos, entre ellos: escarabajos barrenadores y descortezadores, polillas y avispas, entre otros, ya que el calor les permite aumentar su presencia en territorios donde no se les ve con frecuencia.
Javier Navarrete, director de Inspección de Vida Silvestre y Fitosanitaria en Puertos, Aeropuertos y Frontera de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) dijo en una entrevista para EFE en 2019:
«Nunca existirá un riesgo cero; solo se puede actuar teniendo recursos humanos capacitados para contener las plagas, para así dar certeza de que en más del 90 % se detuvo la entrada de bichos extraños a México».
Qué soluciones existen para evitar que los abetos sigan siendo afectados por el cambio climático
La solución estaría en la mejora genética de las características de los árboles para acelerar su crecimiento, lo cual hará que su respuesta genética se adapte para superar los estragos del cambio climático.
Asimismo sería importante llevar a cabo un mapeo genético comparativo para evaluar las capacidades de evolución del genoma de coníferas. La información se extrae en gran medida al comparar especies de la familia Pinaceae.
Diversos grupos de investigadores coinciden en que la fusión de cromosomas de las familias de coníferas sería una solución positiva para crear especies cada vez más fuertes y adaptables al cambio climático.
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