Hace unos 16,000 años emergió el “Ojo del Dragón” en Noruega, una formación fantástica que vigila la costa y explica parte de su historia.
El Ojo del Dragón es un impresionante fenómeno natural situado en las frías aguas de la costa noruega. Esta formación geológica, de aproximadamente 1,5 metros de ancho, parece cobrar vida y convertirse en el gigantesco ojo de un reptil cuando el agua del mar la cubre. Los científicos creen que este asombroso pozo, con una piedra en el centro, se formó hace unos 20,000 años bajo el hielo que cubría toda Escandinavia.
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El Ojo del Dragón en Noruega
Esta maravilla natural de origen glacial se formó cuando Escandinavia estaba bajo la capa de hielo Fenoscandia. El Ojo del Dragón de Noruega es considerado un “bache” o un tipo de “formas p” que se originan en las corrientes de deshielo que concentran la abrasión y la erosión en patrones circulares. Cuando el agua del deshielo se ralentiza o desaparece, los sedimentos gruesos se asientan dentro del bache, así podría haberse estacionado una roca en el fondo del ojo.
«El Ojo del Dragón es una formación natural que muy probablemente se formó debajo de la gran capa de hielo de Fennoscandia, posiblemente durante la última edad de hielo «, explicó a Live Science Francis Chantel Nixon, profesor asociado de geografía física y geología cuaternaria en la Universidad Noruega.
Hace 20,000 años, la capa de hielo de Fennoscandia cubría Escandinavia, el norte de Europa y el noroeste de Rusia. Esta glaciación originó diversas formaciones geológicas, como las formas formas p. Nixon destacó que estas resultan de la erosión del lecho rocoso bajo la capa de hielo. Las corrientes de agua esculpen el lecho en depresiones de paredes lisas, de tamaños variables.
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El ojo que vigila el Ártico noruego
Durante la desglaciación hace unos 16,000 años, el Ojo del Dragón emergió en la playa de Uttakleiv, Lofoten, en el Ártico noruego. El retroceso de la capa de hielo expuso el lecho de roca y sus hoyos, hechos de gneis, una roca metamórfica con bandas minerales de colores que contribuyen a su apariencia fantástica.
La formación que permanece “vigilante” en el Ártico noruego suele cambiar de aspecto según la hora del día y las mareas. Además, las olas barren las rocas, depositando y retirando arena de la cavidad esporádicamente. Las algas dentro del ojo también varían según la luz y la época del año.
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