La forma de un corazón imaginario es absolutamente distinta a la del órgano real y existen muchas teorías que explican dichas diferencias.
En un sentido estrictamente anatómico, un corazón es solo un órgano vital. A pesar de ello, lo percibimos como la representación absoluta de los sentimientos y el enamoramiento. Además, la forma de un corazón en el imaginario colectivo es completamente distinta a la del órgano en el pecho. La explicación detrás de esta transformación estética es -cuanto menos- curiosa.
Algunos medios señalan que el aspecto de un corazón imaginario es la suma de dos corazones reales; sin embargo, Tampa Cardio, ofrece una explicación distinta. De acuerdo con este instituto cardiológico la razón podría remontarse hasta la antigüedad, donde una planta llamada silfio se usaba como anticonceptivo. Solía relacionarse con el sexo o el amor y tenía un aspecto similar a un corazón imaginario.
«La forma utilizada es mucho más estilizada, simple y francamente atractiva que el puñado de músculo abultado que está en nuestro pecho. Aunque hermoso en su intrincado estilo, la forma es bastante confusa y no sería fácil de dibujar o garabatear en una nota de amor», señala Tampa Cardio.
Otra posible explicación es que la forma de un corazón imaginario esté relacionada con el propio cuerpo. Se especula que la imagen, simple y geométrica, podría ser una representación abstracta del trasero o unos senos. Finalmente, resulta imposible llegar a la explicación original, pues artistas de todo el mundo han usado al corazón convencional desde siglos atrás.
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El corazón imaginario en la historia del arte
De acuerdo con Art & Object, la primera representación de un corazón en su forma imaginaria se remonta a la milenaria civilización del valle de Indo en forma de pendiente de oro. Esta pieza data entre 300 y 100 a.C. y podría tener una explicación botánica. El colgante tiene el grabado de unas hojas de higuera y en algún momento en la historia del arte (no está claro cuándo), dichas plantas fueron símbolo de fidelidad.
Siglos después el corazón siguió siendo común especialmente en el arte decorativo y en los escudos de armas. Sin embargo, no fue hasta la década de 1250 que se usó como un elemento romántico. Esto sucedió en un manuscrito francés llamado Roman de la poire. En él un joven sostiene un corazón y estando de rodillas lo ofrece a su amada.
Tiempo más tarde, en el siglo XV el corazón apareció como un palo de la ya clásica baraja. Empezó a popularizarse cada vez más, llegando a estar en prácticamente todas las cartas de San Valentín. Eventualmente una campaña neoyorquina en 1977 sustituyó la palabra love (amo) por un corazón imaginario. Esto marcó aún más la relación entre el símbolo y el agrado hacia alguien o algo.
Ahora, el corazón imaginario está en todos lados y no es casualidad que el emoji del corazón imaginario sea uno de los más utilizados. Aunque sea imposible dar con la explicación real, resulta interesante saber que el corazón, como lo conocemos, lleva mucho tiempo entre nosotros.
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