Intacto durante 3,500 años, los arqueólogos proclaman el entierro como el mayor hallazgo en Grecia continental, en muchas décadas.
Fotografías: Universidad de Cincinnati
El supervisor de la zanja envió un mensaje muy conciso a los arqueólogos Jack Davis y Sharon Stocker: ?Mejor vengan. Hallé bronce?.
Los excavadores que exploraban un pequeño pozo de piedra en un promontorio rocoso del sur de Grecia habían encontrado la peculiar tumba de un antiguo guerrero. Dicho entierro puede albergar pistas importantes sobre el origen de la civilización griega, hace unos 3,500 años.
Además del esqueleto, bien conservado, de un hombre de poco más de treinta años, la tumba contiene más de 1,400 objetos dispuestos sobre y alrededor del cuerpo, que incluyen anillos de oro, copas de plata y una ornamentada espada de bronce con empuñadura de marfil.
Lo más sorprendente eran 50 sellos de piedra con minuciosas tallas de diosas, leones y toros, así como media docena de delicadas peinetas de marfil, un espejo de bronce y cerca de 1,000 abalorios de cornalina, amatista y jaspe ensartados en collares. Entre las piernas del hombre yacía una placa de marfil tallada con un grifo.
?Nunca, desde Schliemann, se han encontrado en Grecia entierros completos de este tipo?, dice John Bennet, arqueólogo de la Universidad de Sheffield en Gran Bretaña y director de la Escuela Británica de Atenas, quien no participó en la excavación. A fines del siglo XIX, el pionero de la arqueología, Heinrich Schliemann, excavó Troya y Micenas, un importante centro de la civilización griega alrededor de 1600 a.C. a 1100 a.C.
Luz en una época de oscuridad
La tumba está localizada en el extremo suroccidental de la península del Peloponeso, en Pilos, lugar que Homero menciona en la Odisea como el sitio donde se alzaba el palacio del rey Néstor, con sus ?elevados salones?. Excavaciones previas y posteriores a la Segunda Guerra Mundial revelaron restos de un gran palacio micénico que databa de aproximadamente 1300 a.C., así como cientos de tabillas de arcilla inscritas con la escritura Lineal B desarrollada en Creta, isla ubicada a unos 160 kilómetros de la costa. Esas inscripciones permitieron traducir los caracteres de Lineal B y confirmaron la identidad de Pilos.
Sin embargo, poco se sabe del periodo anterior, alrededor de 1500 a.C., cuando la sociedad micénica comenzó a tomar forma. Hace mucho que los arqueólogos debaten la influencia de la civilización minoica ?que empezó a florecer en Creta alrededor de 2500 a.C.- en el surgimiento de la sociedad micénica, mil años más tarde. No obstante, las tabillas Lineal B, símbolos de cuernos de toro y las figurillas de diosas halladas en sitios como Pilos, testimonian el impacto de la cultura minoica. Y a partir de las pruebas arqueológicas de destrucción, muchos eruditos creen que los micénicos invadieron y conquistaron Creta alrededor de 1450 a.C.
En mayo, Davis y Stocker, matrimonio de arqueólogos de la Universidad de Cincinnati, convocaron a 35 expertos de 10 países para iniciar un proyecto de cinco años cuya finalidad era desenterrar los orígenes de Pilos. Y obtuvieron resultados el primer día, cuando los trabajadores que despejaban un campo detectaron un rectángulo de piedras que resultó ser la parte superior de un pozo de 1.2 por 2.4 metros. Como a un metro de profundidad, los excavadores hallaron los primeros artefactos de bronce y a juzgar por el estilo, Davis y Stocker están seguros de que los restos datan de alrededor de 1500 a.C.
Objetos inesperados plantean una interrogante
?Es muy raro encontrar una tumba micénica rica e intacta?, dice Cynthia Shelmerdine, profesora de clásicos en la Universidad de Texas en Austin, quien visitó el sitio durante las excavaciones del verano. ?Y esta nos muestra algunas cosas que no habíamos previsto?.
Lo peculiar de la tumba es que contiene solo una persona e incluye una notable abundancia de objetos eminentemente extranjeros, además de artefactos que suelen asociarse con mujeres.
(El diseño de toros en este anillo testimonia la influencia de los minoicos ?quienes reverenciaban a este animal- en la posterior cultura micénica).
Los sitios de enterramiento de la elite micénica suelen contener muchos individuos. En la década de 1950, a solo siete metros del nuevo hallazgo, un grupo de arqueólogos excavó justamente una de esas tumbas grupales. Davis y Stocker calculan que tres cuartas partes de los bienes mortuorios terminados en el pozo de la tumba del guerrero provienen de Creta ?un viaje de dos días en barco, al sur- más que de fuentes locales. También hay abalorios de ámbar del Báltico, amatistas de Medio Oriente y cornalina que podría proceder de Egipto, importada a Creta por mercaderes minoicos. ?La variedad y cantidad de artefactos minoicos o de estilo minoico que hay en la tumba, podría profundizar, considerablemente, nuestros conocimientos sobre el alcance de esta relación?, dice Shelmerdine.
La presencia de abalorios, peinetas y un espejo en la tumba de un guerrero plantea una interrogante. ?El hallazgo de tantas joyas preciosas junto a un guerrero-líder masculino cuestiona la creencia común de que solo enterraban joyería con mujeres acaudaladas?, dice Stocker. Agrega que los guerreros espartanos peinaban ritualmente su cabello antes de una batalla, mientras que Davis sugiere que tal vez la joyería pudo ser una ofrenda del muerto a la diosa para su viaje al inframundo.
¿Quién fue el rico guerrero?
La inusual naturaleza de la tumba de Pilos podría significar que el hombre fue un guerrero o líder minoico, más que un nativo micénico. O bien, que tal vez combatió en Creta y regresó con botín del saqueo o se aficionó a los bienes minoicos. O quizás fue un líder micénico que quería establecer una nueva tradición. Lo que queda claro, según los arqueólogos, es que no quería que le asociaran con las tumbas grupales que eran la norma para los lugareños antes y después de su muerte.
Pronto se llevará a cabo el análisis esquelético que podría ayudar al equipo a precisar su identidad, informa Stocker. Los dientes, muy bien conservados, podrían revelar sus antecedentes genéticos, mientras que el examen de la pelvis podría informar a los investigadores sobre su dieta. El estudio de los huesos también podría determinar la causa de muerte. Stocker y Davis cerrarán la tumba en las próximas semanas para dedicarse a analizar sus múltiples hallazgos.
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