Los 6 niños fueron sacrificados y envueltos con telas de algodón para acompañar el viaje del Señor de Cajamarquilla al más allá.
Tres meses después del descubrimiento del Señor de Cajamarquilla, la momia de un hombre de entre 18 y 22 años que formó parte de la élite que habitó hace unos 1,000 años la ciudad de Cajamarquilla, ubicada a 29 kilómetros al noreste de Lima, un equipo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y las universidades San Cristóbal de Huamanga y San Antonio de Abad del Cusco realizó un nuevo hallazgo:
Se trata de los restos momificados de 6 niños que muy probablemente fueron sacrificados para fungir como acompañantes del hombre de la élite preinca en el más allá. Al igual que la primera momia, que fue encontrada en posición fetal y amarrada con sogas, los restos de los menores de edad fueron cubiertos con telas de algodón que probablemente se hicieron para la ocasión y amarrados con sogas a su alrededor.
En la misma tumba, aparecieron otros 7 cuerpos de adultos que a diferencia del resto de momias, no estaban envueltos y presentaban evidencias de múltiples facturas óseas, además de huesos de llamas.
“Este hallazgo va a enriquecer la investigación iniciada en octubre pasado, porque, a diferencia de la momia de Cajamarquilla encontrada envuelta en soguillas, las condiciones de estas 13 personas evidencian un cambio de tradiciones, un ritual más costeño”, explica Huamán.
Según Pieter Van Dalen y Yomira Huamán, arqueólogos peruanos al frente de los trabajos de excavación y el proyecto de investigación, las momias de los 6 niños recién descubiertas y los 7 adultos pudieron haber sido familiares y sirvientes que acompañaron al Señor de Cajamarquilla durante su vida:
«Los niños podrían ser familiares cercanos y fueron colocados al interior de envoltorios funerarios compuestos de tejidos colocados en diversas partes de la entrada de la tumba de la momia (del personaje), uno encima del otro», explica Van Dalen.
Datada entre los años 800 y 1200 a.C., la tumba del Señor de Cajamarquilla y las otras 13 momias fueron encontradas en una gran cámara funeraria de tres metros de largo y 1.40 metros de profundidad.
Hace más de un milenio, Cajamarquilla fue un centro urbano preinca ubicado a 28 kilómetros al noreste de Lima que servía como un punto de comercio entre los habitantes de la sierra y de la costa y que durante su época de esplendor, albergó una población de entre 10,000 y 20,000 habitantes.
Según los arqueólogos, la ciudad fue construida con barro hacia el año 200 a.C. y alcanzó una extensión total de 167 hectáreas; sin embargo, quedó deshabitada antes del año 1500 en circunstancias aún desconocidas. El equipo considera que ni siquiera se ha descubierto el 1 % de la zona arqueológica, un trabajo que permitirá entender más de las sociedades preincas y su cosmovisión.
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