En la isla de Barro Colorado, Panamá, investigadores hallaron fósiles de un sorprendente bosque de manglar petrificado, con una antigüedad de 23 millones de años.
En la isla de Barro Colorado (BCI), ubicada en el lago artificial Gatún, investigadores descubrieron un bosque de manglar petrificado hace 23 millones de años. Una erupción volcánica sepultó los árboles durante la época del Mioceno temprano y preservó la madera fósil que fue encontrada recientemente cerca del Canal de Panamá, donde miles de barcos cruzan cada año.
En 2018, se descubrieron por primera vez los fósiles de un bosque que creció a lo largo de la costa de una cadena volcánica. Dicho bosque fue mucho más alto que los manglares que existen actualmente. Tenía árboles de hasta 40 metros de altura, según un estudio publicado en la revista Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology.
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Un imponente bosque con un manglar petrificado
Los fósiles de manglares de la isla de Barro Colorado están increíblemente conservados. Los científicos creen que el lahar de la erupción volcánica ralentizó la descomposición y congeló el paisaje en el tiempo. En el estudio, se examinaron 121 muestras de madera fosilizada que se encontraba expuesta en un arroyo de la isla. La mitad pertenece a una especie desconocida hasta el momento y que fue nombrada Sonneratioxylon barrocoloradoensis.
«En esa época, el centro de Panamá formaba parte de una larga y estrecha península con intensa actividad volcánica que la conectaba con América del Norte y estaba separada de América del Sur por la vía marítima de Centroamérica,» menciona el artículo. «Se localizaron un total de 121 ejemplares de madera fósil. La anatomía de la madera indica que la mayoría de los especímenes identificables pertenecían al mismo morfotipo, que tiene rasgos anatómicos similares a Sonneratia (Lythraceae), un árbol de mangle originario del sudeste asiático».
Los restos del antiguo bosque ofrecen evidencia de que este fue mucho más alto de los que conocemos. Las estimaciones indican que S. barrocoloradoensis tenía una altura de 25 metros y algunos ejemplares alcanzaban los 40 metros de alto, en contraste con la moderna Sonneratia y otros bosques existentes, que generalmente tienen alturas más bajas.
«Las muestras de madera fósil, también conocida como madera petrificada, almacenan una gran cantidad de información,» dijo a LiveScience la paleoecóloga Camila Martínez Aguillón, autora principal del estudio. «(Lo que ofrece a los investigadores) una gran y rara oportunidad de viajar al pasado.»
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Barro colorado, una isla en el bosque más estudiado
La isla Barro Colorado, que alberga los restos del manglar del Mioceno, fue formada tras la creación del Canal de Panamá. Debido a su diversidad biológica única, este refugio de 15 kilómetros forma parte del bosque tropical más estudiado del mundo. Investigadores del Instituto Smithsoniano han llevado a cabo estudios exhaustivos desde 1923, revelando secretos sobre la evolución y ecología de la selva tropical.
La posición estratégica ha permitido en este lugar la convergencia de especies de América del Norte y del Sur. Esta isla se ha convertido en un laboratorio natural esencial para entender los misterios de los bosques tropicales.
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