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La última película de Indiana Jones está protagonizada por un artefacto adelantado a su época: el Dial del Destino. No es mentira que existe una antigua máquina que salió del fondo del mar para contarnos más sobre la historia mediterránea. El mecanismo de Anticitera yacía en el mar entre la isla de Creta y la Grecia continental y tiene más de 2,000 años de antigüedad. Se estima que es la pieza de ingeniería más compleja del mundo antiguo que logró sobrevivir al paso del tiempo.
A diferencia de lo que sugiere la película, el mecanismo es una especie de calendario astronómico que permite observar los movimientos de cinco planetas, los únicos conocidos en era romana: Mercurio, Venus, Marte, Jupiter y Saturno. Con un complejo sistema de engranes, el dial muestra las posiciones de cada uno de esos planetas y las fases de la luna dependiendo la fecha que quisieras consultar.
Es decir, era una artefacto que les permitía a los antiguos habitantes del mediterráneo saber cuál sería la posición exacta de los astros en un día determinado. Además, los científicos llegaron a la conclusión de que el dispositivo también era capaz de predecir eclipses, al poder describir con relativa exactitud la posición de los cuerpos en la bóveda celeste.
«¡Imagínate: alguien, en algún lugar de la antigua Grecia, hizo una computadora mecánica!», explicó el físico griego Yanis Bitzakis quien es parte del equipo internacional de investigación del artefacto. «Es un mecanismo de una genialidad realmente sorprendente», añadió Tony Freeth, fundador del Proyecto de Investigación Sobre el Mecanismo de Anticitera.
Durante la última entrega de la saga de Indiana Jones, los personajes hablan de complejas adivinanzas creadas por Arquímedes para proteger su invento. Si bien fue encontrado por buzos de esponjas cerca de la isla de Anticitera, en Grecia como lo describe la película; los expertos sugieren que terminó aquí por una coincidencia histórica, más que por un intrincado acertijo.
Las investigaciones apuntan que el artefacto venía como tesoro de victoria en un barco romano que naufragó en las costas de Grecia. Esta razón también suma enigmas a su origen y construcción, pues no tenemos completamente claro de dónde vino, a dónde iba y por qué. Freeth aclara que a pesar de haber sido encontrada bajo el agua, las probabilidades de que haya sido usada como un instrumento de navegación son bajas.
Actualmente, el icónico dispositivo se encuentra expuesto y conservado en el Museo Nacional de Arqueología de Atenas.
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