Cuando los granos de arena se deslizan por las laderas, pueden generar vibraciones que producen un sonido musical o un estruendo. Esto se conoce como las dunas de arenas cantantes.
El explorador Marco Polo alguna vez escuchó las voces de los «espíritus del desierto». Sobre ellos escribió las cosas increíbles y asombrosas que podía hacer, como emitir sonidos parecidos al choque de armas, redoble de tambores y hasta notas de instrumentos musicales. Lo que él escuchó hace siglos fueron las dunas de arenas cantantes (Singing Sand Dunes) en los desiertos del mundo, un fenómeno natural que sigue fascinando a viajeros y científicos.
Las «voces» de entonces ahora han sido interpretadas como silbidos, chirridos, retumbes de la tierra, estruendos o el resoplido de un avión de hélice. En los casos más poéticos, visitantes del desierto han escuchado el sonido triste de un violonchelo producido por el deslizamiento de las arenas. Lo cierto es que las dunas cantan y muchas veces lo hacen en diferentes tonos.
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¿Por qué se crean las dunas de arenas cantantes?
Este peculiar fenómeno se produce cuando la arena se desliza por la superficie de las dunas debido a la acción del viento o cuando las personas las ponen en movimiento. Las partículas de arena, al rodar cuesta abajo, generan una vibración que produce un sonido estruendoso y distintivo. Este fenómeno no ocurre en todas las dunas; depende de la composición y tamaño de los granos de arena.
La eventual avalancha de arena es la responsable del resonante rugido o de las suaves notas musicales. Para que se produzca el canto, la arena debe estar lo suficientemente seca, y es la colisión de los granos, el aire y la perturbación provocada por el viento o la actividad humana lo que da lugar a este fenómeno singular.
El sonido resultante puede variar desde un suave murmullo hasta un tono más agudo y estridente. A medida que el viento acaricia las crestas de las dunas, las partículas de arena chocan y se deslizan, creando una sinfonía única en medio del desierto. Este misterioso concierto de la naturaleza ha cautivado a científicos y visitantes por igual, ofreciendo una experiencia auditiva única en armonía con la majestuosidad de las dunas que cantan.
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El canto de los granos grandes y pequeños
Las arenas cantantes pueden tener una melodía muy aguda o grave, suave o estruendosa, dependiendo del tamaño de los granos. El zumbido puede ser apenas perceptible y algunas veces suelen escucharse hasta a 10 km de distancia.
En 2012, un grupo de investigadores reveló que el movimiento de las arenas no es lo único que determina la pureza de los tonos, también influye el tamaño de los granos aunque todavía se desconoce por qué este factor es tan importante. La variación en el tamaño provoca que las corrientes de arena fluyan a distintas velocidades, resultando en una amplia gama de notas.
«El sonido que escuchamos está correlacionado con el tamaño de los granos», dijo el físico Simon Dagois-Bohy. «Así que podemos empezar a decir que el tamaño de los granos es importante».
Cuando los granos son de tamaño similar, las corrientes de arena dentro de la avalancha se desplazan a velocidades más uniformes, produciendo tonos más específicos. Sin embargo, los científicos aún no comprenden cómo el movimiento irregular de los granos se traduce en sonidos lo suficientemente coherentes para asemejarse a notas musicales.
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