Los relatos de Pedro Juan Gutiérrez, entre la violencia y los excesos de ron, con toque caribeño.
Su voz es pausada y cordial, pero mientras habla, Pedro Juan Gutiérrez saca a relucir el descaro con el que se asocian sus novelas. Dice que detesta a García Márquez, que el tema central de sus libros es cómo la pobreza envilece y le "jode la vida" a la gente, y asegura que no le interesa el Premio Nacional de Literatura en Cuba porque su país no ha publicado muchas de sus obras. O porque sólo lo ha hecho a regañadientes con algunas de ellas.
Gutiérrez, de 65 años, es una de las plumas más potentes de la literatura cubana contemporánea, quizá sólo por detrás de Leonardo Padura. El escritor, sin embargo, no es profeta en su tierra. Sus libros se conocen cada vez más en la isla, pero su difusión no se compara a la que tiene en el extranjero.
Me mantienen con un "perfil bajo", cree Gutiérrez en su casa en Centro Habana, el desvencijado barrio en que transcurre gran parte de sus relatos. Quizá por el desencanto que rezuman sus historias.
El poeta, cuentista y novelista natural de Matanzas es representante insigne de un "realismo sucio" con toques caribeños. Y aunque no es el autor estrella, estos días presenta tres libros en la Feria del Libro de La Habana (del 12 al 22 de febrero).
Se trata de relatos y poemas ya publicados, a excepción de tres cuentos inéditos. "Es más bien para el lector cubano, que no conoce los libros", explica.
Son textos que bucean como es habitual en el lado más sórdido de La Habana, en un mundo de pobreza y violencia, llevadero sólo a través de la promiscuidad sexual y los excesos de ron barato en Centro Habana, el barrio en el que el escritor vive con algunas pausas desde hace casi 30 años en el corazón de la capital cubana.
Gutiérrez saltó a la fama en 1998 con la «Trilogía sucia de La Habana», un mosaico descarnado y brutal sobre la vida en su barrio.
Los relatos de la "Trilogía", contados en tres grandes partes, esbozan la falta de perspectivas durante el llamado "periodo especial" en la década de los 90, los años posteriores a la desaparición de la Unión Soviética, que dejó a la isla sin subsidios y al borde del colapso económico.
Son historias "para los que quieren hacer arqueología de los años 90 en La Habana", dice Gutiérrez. "Había que dejar constancia de eso", añade respecto a la crisis. "Porque la prensa (oficial) estaba muy filtrada y no se va a encontrar nada".
"Fueron años muy difíciles", sigue. "Para toda mi generación, para todos los que habíamos creído en un proyecto político", dice el narrador, que trabajaba entonces como periodista con un sueldo que apenas le daba para comprar tres decenas de huevos.
A mediados de 1994 ocurrió el éxodo de los balseros, que el escritor vio desde la azotea de su propia casa, situada frente al conocido paseo marítimo de La Habana. "Fui testigo de todo eso ahí en el Malecón y me sentí muy humillado y seguiré humillado por ese suceso mientras viva", asegura.
Los gobiernos de Estados Unidos y Cuba saldaron pocas semanas después, en septiembre de ese año, la crisis con un acuerdo sobre temas migratorios, uno de los pocos mecanismos de diálogo que sobrevivieron hasta la actual época de deshielo diplomático entre ambos países. Gutiérrez empezó a escribir su "Trilogía" poco después, cuenta.
En torno a vivencias similares giran también sus libros posteriores, sobre todo los del llamado ciclo de Centro Habana: "El rey de La Habana" (1999), "Animal tropical" (2002), "El insaciable hombre araña" (2002) y "Carne de perro" (2003).
"Ése es el gran tema de mis libros: cómo vive la gente pobre. Qué hace la pobreza a la gente, cómo la pobreza te destroza la vida", dice. "La pobreza, la miseria y el subdesarrollo", enumera. "Cómo te acaba en todos los sentidos: en el sentido intelectual, en el sentido físico, en el sentido moral (…) la pobreza lo único que hace es joderte la vida", sentencia.
Aunque tras la publicación de la "Trilogía" en 1998 perdió su trabajo como periodista y vivió varios "años tensos" en su relación con las autoridades, en Cuba se han publicado en tanto hasta media docena de sus 17 libros. "La "Trilogía" no está entre ellos, pero sí "El rey de La Habana", un crudo relato sobre la degradación de un joven en los años del "periodo especial".
La novela será llevada muy pronto a la gran pantalla por el cineasta español Agustí Villaronga.
Gutiérrez, por otro lado, asegura que no le interesa el análisis político o la visión histórica. No se trata de "hacer evaluaciones", sino sólo de "exponer" lo que era ese momento, dice.
Su próximo libro explorará un pasado más lejano. La novela "Fabián y el caos", ya en manos de los editores, debe ser publicada en España en septiembre u octubre de este año.
Es una "novela muy autobiográfica", como todos sus textos, dice el autor. Su protagonista es un pianista gay y se sitúa en la época de la persecución a los homosexuales en los años 60 y 70, en las primeras décadas de la Revolución cubana.