La noticia del Premio Nobel atrapó a Gabriel García Márquez durmiendo. El escritor contó en una entrevista para la televisión que la llamada del viceministro de Asuntos Exteriores de Suecia, Pierre Schori, lo despertó el 21 de octubre de 1982. Él fue quien le informó que su obra había sido reconocida con el máximo galardón de la literatura. Dos meses después, el escritor llegó a la premiación con un liquiliqui blanco, con el que rompió el protocolo de la Academia Sueca.
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El escritor colombiano ya había adelantado semanas antes que no vestiría de frac, sino que en su lugar llevaría el traje tradicional del Caribe y así fue. A la ceremonia del 10 de diciembre de 1982, Gabo asistió con un liquiliqui blanco, una camisa con botones hasta el cuello, y un pantalón del mismo color. En la fila de la ceremonia, era el único que no llevaba pantalones negros, chaleco y la pajarita.
“El traje obligatorio es el frac, pero en la Academia Sueca aceptan que los hindúes vayan con su traje nacional. Yo estoy dispuesto a demostrar que la guayabera es el traje nacional del Caribe y que tengo el derecho de ir vestido así. Con tal de no ponerme frac, soy capaz de aguantar el frío”, le dijo al periodista Abraham Zabludovsky.
De todos sus conocidos y familiares, fue el único que no vistió de «pingüino», sus hijos y amigos vistieron de traje, y a petición del escritor llevaron una flor amarilla en la solapa, para ahuyentar a la mala suerte. Ese día, Márquez también hizo que Suecia escuchara los ritmos del caribe con la música de Totó La Momposina.
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Un día después de recibir el premio, el escritor derribó la «pava» o mala que tenía para él vestir de frac. Durante la cena con el rey Carlos XVI Gustavo de Suecia y la reina Silvia, apareció al lado de su esposa con el traje blanco y negro. A la pregunta del periodista colombiano Darío Arizmendi sobre cómo se había sentido con esa ropa, Gabriel García Marqués respondió: “Excelentemente”.
“Al usar en la ceremonia el liquiliqui quise afirmar con ello una verdadera razón cultural. Al hacerlo no me importó un carajo después usar el frac, aparte de que me queda muy bien y lo sé usar a las mil maravillas, ¿o no?”, agregó.
El liquiliqui de Márquez, de algodón y cosido a máquina, fue confeccionado en Yucatán, México, en la tienda de don Pedro Cab. La prenda que celebró al caribe en el Premio Nobel fue donada en 2003 por Mercedes Barcha, esposa del escritor, al Museo Nacional de Colombia.
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