Esferas de vidrio, aguas de colores, y una representación que llegó con la evangelización.
Cuando los evangelizadores llegaron a México, trajeron la tradición de colocar altares, los cuales aún se instalan en algunos lugares del país.
El montaje busca recrear el sufrimiento de la Virgen María durante el calvario vivido por la crucifixión de su hijo, explica Alfredo Marín Gutiérrez, director del Museo de El Carmen, donde cada año se instala un altar, para mantener viva la tradición.
El altar es conocido como incendio, por la cantidad de veladoras con que en el pasado era iluminado.
En México, el montaje puede apreciarse desde el 26 de marzo y hasta el 12 de abril en el Museo del Carmen, y en el Museo Nacional de las Intervenciones.
En el Museo Soumaya de Plaza Loreto también se instaló un altar que puede visitarse de forma gratuita hasta el 13 de abril.
Los estados donde está más arraigada la tradición, y el altar se coloca en las casonas, son San Luis Potosí, Jalisco y Querétaro.
Significados especiales
El Altar de Dolores lleva, ya sea en pintura o escultura, y al centro, la figura de la Dolorosa -como se conoce a la pieza religiosa-. En jícaras o cestos son colocadas toronjas incrustadas con banderitas de papel picado, dorado o plateado, que aluden a la amargura. Vitroleros y jarrones con agua teñida de colores representan las lágrimas de la Virgen María; semillas germinadas (amaranto, chía, cebada, y alpiste) simbolizan la vida, la inmortalidad y la esperanza de la resurrección.
También se depositan esferas de cristal de colores, y cirios, lámparas de aceite o velas de cera escamada. Asimismo, se incluyen los atributos de la Pasión: un látigo, que simboliza los azotes que recibió Cristo, 30 monedas que refieren a la traición que se le hizo a Jesús, una vara de carrizo, una corona de espinas, un gallo que representa las tres negaciones de Pedro; clavos y martillo, una lanza, siete dagas, un vaso de agua sin sabor, y otras de jamaica, horchata y limón, y veladoras. El suelo es cubierto con tapetes de semillas, pétalos o aserrín pintado.
En el altar del Museo Nacional de las Intervenciones, en el Ex Convento de Churubusco, se coloca la reproducción de la imagen de la Virgen Dolorosa, una pintura anónima del siglo XVIII que forma parte del acervo del recinto.
También en Michoacán
El Museo Regional de Michoacán promueve la tradición con un altar cuyo origen se remonta al siglo XVI, cuando los franciscanos lo introdujeron a tierras americanas y posteriormente a territorio purépecha. Éste altar a la Virgen Dolorosa se puede visitar a partir del viernes 27 de marzo y hasta el 3 de abril.
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