Cesárea, la petición de todas en Brasil

La cifra de partos realizados a través de una cirugía, rebasa por mucho la recomendación de la OMS.

El deseo de parir sin dolor se ha transformado en un problema en Brasil. Cada vez son más las embarazadas que en las últimas décadas recurren a la cesárea, hasta tal punto que actualmente el país sudamericano es el único en el mundo en el que esta práctica domina en más de la mitad (53.7 por ciento) de los alumbramientos.

El temor al sufrimiento de las brasileñas tiene sus fundamentos. Según especialistas, la situación del sistema de salud hace que el parto natural sea más arriesgado y provoque dolores excesivos e innecesarios a las mujeres. Esto ocurre, entre otros factores, porque Brasil no ha adoptado algunas de las medidas que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS), como la de no obligar a la mujer a realizar el trabajo de parto acostada y estimularla a que lo haga en cuclillas o de pie, y la de usar en forma habitual la oxitocina, una hormona que se inyecta para acelerar la dilatación y las contracciones, pero que aumenta los dolores.

"El parto normal es innecesariamente doloroso y arriesgado en Brasil. Es agresivo, hecho con técnicas como la episiotomía, la inyección de oxitocina, que provoca contracciones más dolorosas", explicó la doctora Carmen Simone Diniz, coordinadora del estudio "Nacer en Brasil", publicado el año pasado por la Escuela Nacional de Salud Pública de la Fundación Oswaldo Cruz. Según la obstetra, dichas circunstancias hacen que la cesárea se convierta en "la salvación". "Es la mejor alternativa para huir de ese escenario, ofrece comodidad y cuidado", señaló la especialista.

Por su parte, una de las directoras del OMS en Brasil, Suzanne Serruya, apuntó como otra de las razones que explica la práctica abusiva de cesáreas que el sistema brasileño "se centra en el médico y no en un equipo multidisciplinar, con enfermeras y obstetras, como ocurre en todo el mundo". En cualquier otro lugar, "al médico sólo se le llama cuando ocurre algo anormal. Aquí, factores como el pago de la cirugía, informaciones sobre la misma y prejuicios de las gestantes llevan a la cesárea", enfatizó. Y eso hace que la cesárea en Brasil, además de un "problema de salud pública", se haya convertido "en una cuestión cultural".

Los motivos económicos también figuran entre los factores que promueven este tipo de intervención quirúrgica, al menos indirectamente. Uno de ellos es que la cesárea es completamente controlable: se puede agendar con día y hora y se puede prever su duración. Esto, por sí solo, permite abaratar costos, ya que se pueden realizar más partos por día y aumenta la rotatividad de ocupación de las maternidades.

Realizar una cesárea lleva "una o dos horas", explica el presidente de la Federación Brasileña de las Asociaciones de Ginecología y Obstetricia, Etelvino Trindade. "Con pocos profesionales y pocas camas, la única forma de garantizar que haya cupo en un hospital para tener un hijo es agendando día y hora. Sólo se puede hacer eso con una cesárea. Se sabe cuándo comienza y cuándo termina". Además, al ser más rápida, la cesárea se convierte en un procedimiento "más lucrativo que el parto normal". Es todo "un sistema estructurado que promueve el procedimiento quirúrgico", concluyó.

Si bien es más lucrativa para los operadores de salud -comenzando por los médicos, que cobran más por una intervención que por un parto normal-, la cesárea es más cara para la sanidad en su conjunto y para el Estado, cuando se realiza en el ámbito público. No obstante, el aspecto económico no es la única razón, ni la más importante, para que la "epidemia" de cesáreas sea un problema. Y es que según la revista especializada "Veja", este tipo de intervención aumenta en hasta 120 veces las posibilidades de que el recién nacido sufra problemas respiratorios, y triplica el riesgo de muerte materna.

"La cesárea salva vidas. Pero es unanimidad científica que el nacimiento debe ser hecho por parto normal, y que la cirugía debe ser una excepción por todos los riesgos que siempre incluye", subrayó Serruya. El último informe de la OMS sobre cesáreas ya alertaba del aumento general de cesáreas injustificadas, que en muchos países como Brasil superan con creces la tasa recomendada de entre el 10 y el 15 por ciento de los partos. "Las cesáreas son eficaces para salvar la vida de las madres y los neonatos solamente cuando son necesarias por motivos médicos", señala la declaración publicada a comienzos de 2015. Sin embargo, "también pueden provocar complicaciones y discapacidades significativas".

Alertado por la OMS, el gobierno brasileño está trabajando para frenar la tendencia creciente de dar a luz por cesárea y fomentar el parto normal. Para ello, entre otras iniciativas se implementó en 42 hospitales de todo el país un proyecto piloto que mejora los procedimientos vinculados al parto natural y lo promueve; una forma de que las brasileñas se convenzan de que, aunque sea casi imposible evitar el dolor, no se necesita sufrir tanto.

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