La ofrenda o altar de muertos de siete niveles representa la bienvenida de las ánimas al mundo de los vivos. Cada elemento contiene un simbolismo especial.
El altar de muertos es parte esencial del Día de Muertos en México, que se celebra el 1 y 2 de noviembre. La ofrenda, como también se le conoce, tienen un profundo simbolismo y representan un vínculo entre el mundo de los vivos y el de los muertos. Mientras que en algunos lugares solo se acostumbra a colocarlo sobre una mesa, otros pueden ser elaborados y estructurados en tres o siete niveles, cada uno con su propio significado y propósito.
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Simbolismo del altar de muertos de siete niveles
El altar de muertos de siete niveles es especialmente significativo y se construye para honrar a los difuntos con una representación más compleja del ciclo de la vida y la muerte. Cada uno de los siete escalones tiene un simbolismo particular que refleja las creencias y tradiciones culturales de México.
“En un altar de siete niveles se simbolizan los pasos necesarios para llegar al cielo y así poder descansar en paz. Este es considerado como el altar tradicional por excelencia”, recoge la Universidad Autónoma de Hidalgo en un artículo. “Cada uno de los escalones se forra en tela negra y blanca y tienen un significado distinto”.
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Significado de los niveles de arriba hacia abajo
En el primer nivel se coloca la imagen de un santo al que se le tiene devoción. Este elemento sirve como guía espiritual para el difunto, proporcionando un sentido de protección.
El segundo nivel está destinado a las ánimas del purgatorio. Este espacio suele incluir agua bendita para permitir que el alma del difunto obtenga el permiso para salir de ese lugar y unirse a los vivos durante esta festividad.
El tercer nivel del altar de muertos incluye sal, que simboliza la purificación del espíritu, especialmente para las almas de los niños que se encuentran en el purgatorio.
El cuarto nivel presenta el pan, un alimento esencial que se ofrece a las almas que visitan el altar. Este elemento no solo nutre, sino que también representa la generosidad y la hospitalidad.
En el quinto nivel se colocan alimentos y frutas preferidas del difunto, recordando sus gustos y celebrando su vida.
El sexto nivel está dedicado a las fotografías y objetos de las personas fallecidas, creando un espacio visual para recordar y honrar su memoria.
Finalmente, en el séptimo nivel se coloca una cruz hecha de cal, semillas, frutas o cempasúchil. Esta simboliza la fe y el vínculo entre lo terrenal y lo divino.
De esta forma, el altar de muertos no solo es una decoración, sino también una manifestación profunda de amor, respeto y conexión con aquellos que han partido.
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