Un equipo de investigadores localizó el naufragio de la embarcación Endurance, perdida desde hace décadas en el fondo del mar de la Antártida.
Durante el otoño de 1915, la embarcación del explorador polar Ernest Shackleton, Endurance, se hundió cerca de la costa de la Antártida ocasionando que su tripulación quedara atrapada en el hielo. Esto se convirtió en una de las historias más dramáticas de sobrevivencia y de superación en una situación aparentemente perdida.
Si bien, los 28 tripulantes de la expedición fueron rescatados, el lugar de destino del barco fue un misterio durante mucho tiempo, y el último capítulo de esta historia aún no está escrito. Ahora, un equipo de investigadores anunció que se localizó el naufragio en el fondo del Mar de Weddell, en la costa norte de la Antártida.
Vehículos subacuáticos autónomos (AUVs, por sus siglas en inglés) transmitieron las primeras imágenes desde una profundidad mayor a los 3 kilómetros el 5 de marzo.
A medida que la cámara viaja sobre la cubierta de madera del barco, el video captura sogas, herramientas, escotillas, barandales, mástiles, e incluso el timón. Todas las partes del barco tienen ya un siglo de antigüedad, pero se encuentran en condiciones prácticamente inmaculadas, debido a las bajas temperaturas del agua, la ausencia de luz y el bajo nivel de oxígeno en el lecho de muerte de la embarcación
“He estado buscando de naufragios desde mis veinte años y nunca he encontrado uno tan coherente como este”, dijo el arqueólogo Mensun Bound a través de un teléfono satelital, mientras él y sus compañeros de tripulación comenzaban el viaje de regreso a Ciudad del Cabo después de más de un mes de buscar la nave de Shackleton. “Se podían observar hasta los orificios de los tornillos”, agrega.
El director de exploración de la expedición Endurance22, Bound, dijo que al momento de ver las primeras imágenes enviadas por los AUVs, él y otros miembros del equipo de 65 personas estaban seguros de que se trataba del Endurance y no de otro naufragio.
Sin embargo, la prueba inequívoca se observó en el video: un acercamiento de la popa reveló las brillantes letras que decían Endurance sobre la estrella polar. “Ves eso y los ojos casi se te salen de las órbitas», dijo Bound. Fue «uno de esos momentos únicos en los que regresas al pasado. Podía sentir el aliento de Shackleton sobre mí».
¿Cuál era el objetivo de Shackleton?
El Endurance fue parte de una expedición de Shackleton: la Expedición Transantártica Imperial.
Con el apoyo del gobierno británico y de donantes privados, además de Winston Churchill (quien en ese momento era Primer Lord de Almirantazgo), el plan era llevar a un grupo de exploradores a la costa de la Antártida, donde desembarcarían y viajarían por tierra por el continente cruzando el Polo Sur.
El Endurance, un bergantín de 44 metros y tres mástiles construido especialmente para aguas polares contaba con un casco de roble sólido de dos y medio pies de grosor. Salió de South Georgia el 5 de diciembre de 1914, poco después del estallido de la Primera Guerra Mundial.
Aun en el confín del mundo, la guerra estaba presente. En el momento en el Endurance entraba al Mar de Weddell, la flota alemana libraba la batalla de las Islas Falkland al norte.
Sin embargo, el enemigo al que se enfrentaban Shackleton y sus hombres era de otro tipo. El Mar de Weddell, que cubre una superficie de más de dos y medio millones de kilómetros cuadrados es uno de los ambientes más lejanos e inhóspitos del mundo, lleno de icebergs y con fuertes vientos superficiales.
Shackleton lo llamaba «el peor mar del mundo».
Si alguien estaba preparado para tal aventura era Ernest Shackleton. Un veterano con experiencia en expediciones previas a la Antártida y que inició con la gran carrera para llegar al Polo Sur antes de que el explorador Noruego Roald Amundsen lo reclamara.
Para esta travesía transcontinental, seleccionó personalmente a la tripulación cenando, haciendo bromas, cantando u organizando juegos. Le llamaban afectuosamente «el jefe».
La expedición tuvo un buen progreso al principio, pero el invierno antártico de 1915 se acercaba, los hombres se encontraron atrapados en el hielo marítimo.
«A las siete de la noche se desarrolló un sistema de muy alta presión con ráfagas giratorias que hacían que el barco se balanceara a proa y a popa», escribió Shackleton el martes 26 de octubre. «Podíamos ver desde el puente que el barco se torcía como un arco ante la titánica presión».
Al día siguiente, los hombres retiraron herramientas, instrumentos y provisiones e instalaron un campamento en un témpano de hielo. Shackleton escribió, «aunque nos hemos visto obligados a abandonar el barco, que ha sido aplastado sin esperanza alguna de enderezarlo de nuevo, estamos vivos y bien, y tenemos provisiones y equipo para la tarea que nos espera».
Finalmente, el Endurance se hundió el 27 de noviembre.
«Esta tarde, mientras descansábamos en nuestras tiendas escuchamos al jefe gritar, ‘¡Se va, muchachos!'», escribió un miembro de la tripulación. «Salimos en un segundo y subimos a la estación de vigilancia y otros puntos de observación y, por supuesto, ahí estaba nuestro pobre barco a milla y media de distancia luchando en su agonía mortal. Primero se fue la proa, la popa se alzó en el aire. Entonces se zambulló rápidamente y el hielo se cerro sobre ella para siempre».
¿Por qué fue tan difícil encontrar al Endurance?
Y en ese lugar fue donde el Endurance permaneció bajo el hielo polar a una profundidad de 10 mil pies. En 2019, el Falkland Maritime Heritage Trust organizó su primera expedición para encontrar la embarcación, aunque no pudo localizar el naufragio. Este invierno, lo intentaron de nuevo a través de la organización, con la obtención de fondos para la expedición Endurance22.
Uno de los problemas con los que se toparon fue establecer la localización del barco.
Después de que el Endurance se quedara atrapado en el hielo, continuó a la deriva por el movimiento de los témpanos y las corrientes. Cuando eventualmente el barco fue aplastado y se hundió, el capitán del Endurance, Frank Worsley tomo medidas de la ubicación utilizando un sextante y la registró en su diario.
Debido a la poca visibilidad el día en que los hombres abandonaron el barco, Worsley no pudo hacer las mediciones correctas que hubieran ayudado a calcular la dirección y la velocidad de los témpanos.
Una de las primeras tareas del equipo científico y de los expertos en navegación de la expedición Endurance22 fue revisar los registros de Worsley para definir una ubicación más precisa.
«Una de las últimas observaciones de Worsley fue el 18 de noviembre, después hizo otra el 20 de noviembre, el día después de que se hundió el barco», dijo Bound. «Hizo otra el día 22, pero ya estaba a una distancia considerable, por lo que tuvo que adivinar la velocidad del movimiento del hielo».
También existía el tema de los cronómetros de la tripulación. Al utilizar mapas celestes actuales, mucho más precisos, los investigadores calcularon que los relojes del Endurance iban más rápido de lo que suponía la tripulación, error que cambiaría la ubicación de la embarcación hacia el oeste de la última posición registrada por Worsley. Mediante estos cálculos, la expedición logró delimitar la búsqueda aunque todavía había pocas posibilidades de lograr el objetivo.
«Llevábamos tres o cuatro días y todavía no lo encontrábamos», dijo Bound. «Todavía había tres áreas que debíamos revisar. Pero con frecuencia el hielo es quien decide donde podemos buscar. Y corría de oeste a este, lo que nos llevó a la parte sur de nuestra área de búsqueda. ¡Y ahí estaba!
«De hecho estaba a sólo 4.16 millas náuticas de la posición registrada por Worsley, lo que demuestra la increíble precisión de sus cálculos», agregó John Shears, líder de la expedición Endurance22.
Además de establecer la ubicación, el mayor reto que enfrentó la expedición fue el hielo marino. «Un experto en Londres dijo que nos daba 10 por ciento de probabilidades de atravesar el hielo», recuerda Shears, riendo.
Afortunadamente, la nave de investigación, el S.A Agulhas II, fue capaz de cruzar hielo de aproximadamente un metro de grosor a una velocidad de 5 nudos. Pero incluso eso no que se quedara atrapado brevemente en el hielo en febrero, cuando la temperatura descendió a -10° Celsius.
«Los medios hicieron un gran alboroto por esto», dijo Shears. «Pero sólo estuvimos atrapados alrededor de cuatro horas en una superficie de hielo hasta que la marea nos liberó».
Eventualmente, el barco de investigación llegó al área designada el 18 de febrero y el equipo comenzó la búsqueda del Endurance.
Para peinar el lecho marino a más de 3000 metros de profundidad, utilizaron dos AUVs equipados con sonar y tecnología de vigilancia en video. Estos dispositivos de tres y medio metros de longitud, ampliamente utilizados en la industria de la extracción petrolera parecen discos duros gigantes.
Gracias a que tienen la capacidad de operar de manera autónoma hasta una distancia de 160 kilómetros de la nave nodriza y de soportar presiones y temperaturas extremas, pudieron registrar las primeras imágenes del naufragio del Endurance.
Bound recuerda que él y Shears daban un paseo por el hielo cuando los AUVs enviaron las primeras imágenes. «En el momento en el que regresamos al barco, corrimos hacia el puente. Un miembro del equipo submarino estaba ahí con una sonrisa de oreja a oreja, Cuando me mostró una imagen de pantalla fue como si toda mi vida se resumiera en ese momento».
Capítulo final revelado en la saga Shackleton
Shackleton había mencionado una famosa frase: «Lo que el hielo consigue, se lo queda el hielo», «pero la historia del Endurance no terminó con su hundimiento.
La travesía de Shackleton por el Mar de Weddell en busca de ayuda para su tripulación varada se convertiría en una de las narrativas más celebradas en exploración y supervivencia.
El 4 de abril de 1916 Shackleton dejó a su tripulación en la Isla Elefante ,y él junto con otros cinco hombres ,se embarcaron en uno de los botes salvavidas modificados del Endurance hacia la Isla de South Georgia.
Era una travesía de más de 1200 kilómetros en 16 días con un mar agitado congelante y ráfagas de viento con la fuerza de un huracán. «El viento simplemente aullaba al chocar con la cresta de las olas», escribió Shackleton. «Bajaba hasta el valle, subía hasta la cresta hasta y balanceaba nuestro pequeño bote».
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Al llegar a la costa sur de South Georgia se enfrentaron a una caminata de 36 horas a través del terreno escarpado y montañoso para llegar a una estación ballenera en Stromness. Shackleton se retó a sí mismo para lograrlo, aunque, como lo muestran investigaciones más recientes, probablemente estaba muy afectado del corazón.
Cuando los hombres entraron tambaleándose, el administrador de la estación, Thoralf Sorlle, apenas podía creer lo que veían sus ojos. «Nuestras barbas eran largas y teníamos el cabello apelmazado», escribió Shackleton. «No nos habías aseado y las ropas que habíamos usado durante casi un año estaba manchada y hecha jirones».
Casi seis años después, mientras se preparaba para otra expedición a la Antártida, Shackleton moriría de un ataque cardiaco en South Georgia. Fue enterrado el 5 de marzo de 1922. Exactamente 100 años después, el equipo Endurance22 capturó las primeras imágenes del Endurance.
Bound ha dicho que el y sus compañeros de tripulación harán una parada en South Georgia en su camino de regreso a casa para visitar la tumba de Shackleton. «Nos entristece dejar el sitio», dijo, “ero hay un gran sentido de orgullo y logro. Y haremos una parada para honrar al Jefe».
Texto: Simon Worrall
Traducción: Fernanda Téllez
Fotos: Esther Horvath y Getty
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