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El consumo de fentanilo ha ofrecido al mundo una devastadora imagen sobre un problema de salud pública en aumento. Este potente opiáceo sintético, hasta 100 veces más fuerte que la morfina, ha provocado una ola de sobredosis y muertes. Su consumo conlleva riesgos graves, ya que incluso una pequeña cantidad puede ser letal.
Los efectos incluyen una euforia intensa, seguida de depresión respiratoria, lo que puede llevar a la asfixia. Además, su presencia en drogas ilícitas, como la heroína y la cocaína, aumenta la probabilidad de exposición involuntaria y hace impredecibles sus efectos.
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En 2021, según datos del El Centro Nacional de Estadísticas de Salud, en Estados Unidos se registraron más de 106.000 muertes por sobredosis de drogas. Los casos relacionadas con opioides sintéticos, en particular el fentanilo, alcanzaron un total de 70.601 decesos ese año.
Los datos ofrecen una imagen de cómo este opiáceo ha reconfigurado la epidemia de sobredosis de drogas durante la última década, situando a este país en el epicentro de esta crisis. Esta transformación se detalla en un estudio reciente, realizado por investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), que analiza las tendencias en las muertes por sobredosis entre 2010 y 2021, basándose en datos recopilados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Los datos mencionan que en 2010, alrededor de 40.000 personas murieron por sobredosis de drogas en Estados Unidos, en este registro, menos del 10% estuvieron relacionadas con el fentanilo. Once años después, más del 66% guardan una relación con esta droga.
«La participación conjunta de estimulantes y fentanilo se está convirtiendo rápidamente en el componente más importante de la crisis, con un patrón distintivo que se observa a lo largo del tiempo», menciona la investigación. «El patrón regional de cocaína-fentanilo en el noreste y metanfetamina-fentanilo en el resto del país es particularmente notable».
El aumento del consumo de fentanilo fabricado ilícitamente ha dado paso a un nuevo problema de sobredosis en los Estados Unidos, esta vez con una magnitud sin precedentes. Los investigadores han denominado esto como la «cuarta ola» de la crisis de sobredosis.
En la publicación, enmarcan cuatro crisis de sobredosis en ese país: la primera inició a finales de los años 1990 o principios de los años 2000, con el aumento de muertes relacionadas con opioides recetados, y la segunda ola se documentó en 2010 impulsada por un cambio hacia la heroína.
«La tercera ola comenzó en 2013 impulsada por análogos ilícitos del fentanilo. Recientemente, los académicos han argumentado que la «cuarta ola» de la crisis de sobredosis en Estados Unidos ha comenzado, en reconocimiento del rápido aumento de las muertes por sobredosis de polisustancias relacionadas con fentanilos fabricados ilícitamente, en los que los estimulantes desempeñan un papel clave», señala.
Todos los rincones del país, desde Hawái hasta Alaska y Rhode Island, han sido impactados por el uso de esta droga. Los datos indican que el aumento de las muertes relacionadas con el fentanilo se hizo evidente en 2015 y, desde entonces, se ha extendido. El estudio identificó que prácticamente todos los estados observaron un aumento en el número de muertes por esta droga entre 2015 y 2021. Para 2021, los estados con las proporciones más altas incluían Alaska (66,0%), Virginia Occidental (59,8%), Rhode Island (58,6%), Hawaii (58,5%) y California (58,1%).
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El fentanilo es un poderoso analgésico opioide sintético aprobado por la FDA para tratar dolores intensos relacionados con cirugías o con condiciones de dolor compleja. El Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA por sus siglas en inglés) señala que este es entre 50 y 100 veces más potente que la morfina.
«Una dosis letal de fentanilo puede ser muy pequeña, consumir un medicamento que ha sido contaminado o sustituido por fentanilo puede aumentar de manera considerable el riesgo de sobredosis», menciona en su sitio web.
En el Laboratorio Forense de la Policía Estatal de New Hampshire revelaron una imagen comparativa para mostrar la cantidad de fentanilo y heroina que puede desencadenar una sobredosis y llevar a la muerte. En una primera imagen se observa un contenedor con 30 miligramos de heroína, mientras que en la segunda una dosis de 3 miligramos de fentanilo.
Los países con mayor consumo de este opioide son Estados Unidos, Alemania y España, según datos de 2021. En los dos últimos, el uso más extendido es el de fármacos prescritos para el dolor crónico, oncológico y no oncológico.
En la última década, el fentanilo fabricado y distribuido ilegalmente, así como otros opioides sintéticos, ha sido descubierto con mayor frecuencia en el suministro de medicamentos. A esto se suma el que se vende en la calle, que es menos puro que el farmacéutico y puede tener un efecto impredecible.
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