Tesoros de enterramientos antiguos en todo el mundo son testimonio de la creencia de que otra vida nos espera más allá de la muerte.
Es el misterio máximo. ¿Qué sucede cuando el corazón deja de latir, el cerebro no envía ni recibe más señales, y una persona que estuvo llena de vida ?deja de existir??
Culturas de todo el mundo nos ofrecen numerosas respuestas, muchas fundamentadas en la idea de una vida eterna: trasponer las puertas del cielo, un futuro atormentado de fuego y sufrimiento interminables, o fundirse con el creador.
Sin embargo, la creencia en la siguiente vida surgió mucho antes que las religiones actuales echaran raíces. A lo largo de la historia humana, las personas han abrigado la esperanza de que hubiera algo más después de su breve momento en la inmensidad del tiempo. Quizás el siguiente mundo pudiera ser infinitamente más feliz que este. Por ejemplo, los antiguos egipcios creían que los muertos disfrutarían de todas las cosas maravillosas que les dieron placer en la Tierra, sin volver a padecer dolor o penas, hambre o sed.
Muchas culturas antiguas ?la dinastía Qin de China, los mayas de Mesoamérica, y otras más- llenaron sus tumbas con provisiones y equipo, para que los difuntos vivieran con elegancia y comodidad en el más allá. Por supuesto, los difuntos de escasos recursos recibían cosas sencillas, como un burdo tarro de cerámica lleno con barro negro del Nilo, el cual simbolizaba la resurrección y el renacimiento en Egipto. En cambio, los líderes ricos y poderosos de las comunidades eran sepultados con lo mejor que el dinero podía pagar.
He aquí algunos ejemplos de tesoros funerarios que los arqueólogos han desenterrado de sitios antiguos del mundo entero. Todos son testimonio de la convicción humana de que una vida mejor nos aguarda al otro lado de la muerte:
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