Con 7 mil 570 metros de altura, Gangkhar Puensum es el único pico en el mundo que sigue sin ser dominado por el ser humano.
Alcanzar la punta del Everest pudo haber resultado una hazaña hace algunas décadas. Sin embargo, hoy el alpinismo es una actividad ampliamente practicada en todo el globo, incluso como parte del ecoturismo internacional. Al margen de la cima del mundo, la única montaña que aún permanece indomable es el Gangkhar Puensum, en la cordillera del Himalaya.
Situada en Bután, el Gangkhar Puensum ocupa el puesto 45 entre las más altas del mundo. Alcanza los 7 mil 570 metros de altura, y es considerada la última de las montañas que sigue sin ser escalada por la humanidad.
La última montaña sin conquistar del mundo
Gangkhar Puensum se encuentra entre la frontera de Bután y China. Por esta razón, tiene un peso cultural para los pobladores de ambos países. Hacia finales del siglo XX, entre 1983 y 1994, Bután permitió que se escalara. Sin embargo, para 2004 se prohibió por completo intentar alcanzar la cumbre, por respeto a las tradiciones religiosas de los locales.
Los locales consideran que, en las inmediaciones de la montaña, habitan espíritus que no pueden ser perturbados. Estas limitaciones se acentúan cuando la gente intenta superar los 6 mil metros de altura, ya que, a más altura, más sagrado es el suelo que se pisa.
A raíz de esto, ambos países han impuesto restricciones legales para las visitas de extranjeros, que imposibilitan el turismo y el deporte. Poner un pie en el pico del Gangkhar Puensum, entonces, se convierte en un sueño lejano para los interesados.
La controversia política persiste
Además de esta restricción, llegar a la cúspide es un reto por la localización del Gangkhar Puensum. El hecho de que se encuentre en los límites de dos países distintos complica definir a qué nación pertenece. Hay una creencia ampliamente extendida de que hay zonas que pertenecen a los chinos, mientras que otras quedan del lado butanés.
Esta controversia tiene décadas sin resolverse, y obstaculiza los permisos para el turismo y los alpinistas que quieren explorar los alrededores. Además, Bután no se distingue por ser un país en el que los alpinistas encuentren la infraestructura necesaria para llevar a cabo sus actividades.
En la década de los 80, se abrió durante un breve tiempo para el alpinismo y las visitas no religiosas. Con el objetivo de alcanzar el punto más alto, se organizaron hasta cuatro expediciones, entre 1985 y 1986. Sin embargo, todas fueron un fracaso.
Desde entonces, cualquier intento que se ha hecho por completar la expedición termina mal. Incluso en 1998, un equipo de japoneses intentó el ascenso nuevamente por el lado tibetano con un permiso especial. Sin embargo, el permiso que se les había concedido fue revocado al final por las disputas fronterizas. Hasta hoy, el Gangkhar Puensum permanece inexpugnable.
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