En los ochenta, la grabación en video se volvió una realidad cuyas mejoras no se han detenido.
En 1967, la compañía Sony lanzó una cámara portátil que permitía grabar en blanco y negro, la Video Rover, aunque fue hasta 1985 que apareció un equipo que era verdaderamente portátil y permitía hacer videos caseros con facilidad. Aquel modelo CCD-M8 permitía grabar en casetes de 8 milímetros.
El aparto recibió el nombre comercial de Handycam porque podía ser sostenido con una sola mano, superando a sus predecesores que se apoyaban en el hombro. Así, en cada casa se deseaba tener una de las nuevas cámaras. Según la compañía Sony, muchos niños empezaron sus primeros cortos con esta cámara.
El aparato ha evolucionado, de modo que los casetes dieron paso a otras tecnologías pasando por el DVD, hasta llegar a las memorias flash y las grabaciones en directo conocidas como streaming.
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