En la década de 1930 Adolfo Hitler prohibió que tres científicos alemanes recibieran el Premio Nobel. Richard Kuhn, en 1938, y Adolf Friedrich Johann Butenand, en 1939, se vieron obligados a rechazar el Premio Nobel en Química. Por otro lado, Gerhard Domagk no pudo aceptar el Premio Nobel de Medicina.
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Richard Kuhn recibió este reconocimiento por su trabajo sobre los carotenoides y las vitaminas. Sin embargo fue obligado por las autoridades alemanas a rechazar el premio.
El caroteno es necesario para el crecimiento de los organismos. Tras identificar dos tipos diferentes de caroteno, Richard Kuhn pudo establecer la existencia de un tercer tipo en 1933.
También realizó una importante investigación sobre sustancias relacionadas, llamadas carotenoides.
Su desarrollo de técnicas cromatográficas fue importante en el aislamiento y producción de sustancias puras. Richard Kuhn también realizó importantes trabajos con vitaminas B2 y B6.
Adolf Butenandt fue reconocido por su trabajo sobre las hormonas sexuales. Sin embargo, le pidieron que rechazara el premio.
Las hormonas son sustancias que transfieren señales entre las células y los órganos del cuerpo y regulan las funciones corporales. En la década de 1930, Adolf Butenandt contribuyó al mapeo de varias hormonas que se aplican específicamente a hombres y mujeres.
- Tras determinar la composición de la hormona sexual femenina, el estrógeno, pudo determinar su estructura así como la de una hormona relacionada, el estriol.
- También fue capaz de producir, por primera vez, una hormona sexual masculina de forma pura y de determinar su composición química, la cual fue llamada androsterona.
Gerhard Domagk fue galardonado por el descubrimiento de los efectos antibacterianos del Prontonsil. Domagk también rechazó el Premio Nobel.
Durante el siglo XIX, los médicos descubrieron que muchas enfermedades son causadas por infecciones y ataques de microorganismos. Esto llevó a la búsqueda de preparaciones químicas para combatir las bacterias y otros microorganismos.
Se pensó que el desafío era imposible, pero en 1932, Gerhard Domagk y sus compañeros demostraron en experimentos con ratones que las sulfonamidas podrían usarse para combatir las bacterias que causan el envenenamiento de la sangre.
Este descubrimiento se convirtió en la base de una serie de medicamentos que constituiría el primer tipo de antibiótico.
No obstante, pese a no poder aceptar el dinero, los tres recibieron tiempo después el diploma y la medalla del Premio Nobel.
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