Johannes Gutenberg fue un inventor alemán conocido por sus avances en la tecnología de la imprenta.
Gutenberg nació alrededor de 1400 en el Hof zum Gutenberg en Mainz, Alemania. Era el hijo menor de Friele Gensfleisch zur Laden y Else Wirich, una familia de alta posición social. Sus antepasados paternos eran comerciantes de tela y los maternos eran tenderos. Aunque se sabe poco sobre su infancia y educación, sus logros siguientes sugieren que recibió una buena formación.
Aunque el origen exacto de sus primeras prensas es incierto, se cree que adaptó prensas de unión más pesadas ya en uso. La tradición le atribuye la introducción de los tipos móviles en Europa, mejorando la impresión con bloques que ya existía.
Una época con pocos medios impresos
Durante siglos, la única forma de reproducir textos en Europa fue la copia manuscrita. En el siglo XIII, la producción de manuscritos se trasladó a centros universitarios, donde talleres empleaban numerosos copistas. A finales del siglo XIV, la xilografía permitía imprimir imágenes en papel o tela, pero requería tallar cada página. Los tipos móviles, letras metálicas que se combinaban para formar textos, permitieron imprimir rápidamente a gran escala. Aunque hay precedentes en el Lejano Oriente y otros nombres como inventores de los tipos móviles, hoy se atribuye la invención a Gutenberg.
Tras estudiar en Erfurt, se estableció como orfebre en Estrasburgo en 1434. En 1437, descubrió un sistema para pulir piedras preciosas y luego fabricó espejos para peregrinos. Mientras estaba en Estrasburgo, en 1440 Gutenberg reveló su sistema de impresión, denominado Kunst und Aventur (Arte y Empresa). En 1448 regresó a Mainz, donde continuó su trabajo y dos años después su nuevo sistema de impresión estaba operando.
Tras años de investigación y experimentación en secreto, Johannes Gutenberg logró hacia 1450 la invención de la imprenta, un sistema que revolucionaría la difusión del conocimiento impreso en Europa.
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Maguncia la ciudad de la invención y la envidia
Maguncia, una ciudad alemana conocida por su imponente catedral, fue tanto el lugar de nacimiento de Gutenberg como donde se desarrolló la imprenta.
Para perfeccionar su proceso de impresión, Gutenberg desarrolló una técnica para la producción masiva de tipos móviles, introdujo tinta a base de aceite y utilizó una prensa de madera. La combinación de estos elementos permitió la producción en masa de libros. En 1455, imprimió 200 ejemplares de lo que hoy conocemos como la Biblia de Gutenberg.
La obra maestra de Gutenberg, creada en Maguncia, fue la Biblia de 42 líneas. Este nombre proviene del número de renglones en dos columnas que componían las 1,286 hermosas páginas de la obra, impresa en dos volúmenes de tamaño folio. Gutenberg demostró que su imprenta podía producir libros de la misma calidad que los manuscritos más exquisitos de la época, con la ventaja de que se podían hacer 200 copias idénticas, lo que se logró en aproximadamente tres años utilizando cuatro prensas, seis tipógrafos y una docena de prenseros.
A pesar de la gran inversión el negocio en 1455, Fust acusó a Gutenberg de malversación de la imprenta y ganó una demanda para recuperar su dinero con intereses. Fust se apropió del material de impresión y, con su futuro yerno Peter Schoeffer, creó un taller que pronto se volvió muy popular.
Un trabajo no tan secreto
A pesar de que Gutenberg intentó mantener su trabajo en secreto, pidiendo a sus socios que no mostraran la prensa a nadie, una de las claves de su sistema. Gutenberg también fue víctima de la represión en Maguncia y se exilió temporalmente. Aunque enfrentó dificultades económicas, continuó su trabajo y fue reconocido en 1465 por el arzobispo de Maguncia, quien le otorgó un estipendio y otros beneficios
El legado de Gutenberg
Aunque Gutenberg tuvo problemas financieros y quebró varias veces, su tecnología de impresión se difundió rápidamente. Este invento fue crucial para el Renacimiento, la Reforma, la Ilustración y la Revolución Científica. En 1465, sus logros fueron reconocidos y recibió el título de Hofmann (caballero de la corte) por el arzobispo Adolfo von Nassau, lo que le garantizó un estipendio, ropa y alimentos hasta su muerte en 1468.
La primera imprenta en Italia se estableció en Roma en 1467, seguida de París en 1469 y Segovia en España en 1472. Sin las innovaciones de Johannes Gutenberg, muchos de los avances modernos, como la impresión en gran formato, no habrían sido posibles. Este homenaje sirve para reconocer su invaluable contribución a la humanidad.
Este texto fue escrito por Ana Laura Citalán Limón, periodista y comunicóloga apasionado por la vida silvestre, la política y la lectura. Colabora como redactora en National Geographic en Español.
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