La exposición y el contacto con áreas verdes no es una opción, es una necesidad. Científicos han encontrado diversos beneficios de la naturaleza para la memoria y la atención.
Alejarse de las ciudades e internarse en el bosque o áreas verdes por periodos prolongados o por algunos minutos, puede representar un reinicio mental. Diversos estudios en todo el mundo han hallado los beneficios de la naturaleza para la memoria, la atención, la imaginación y la reducción en los niveles de estrés.
En 2021, una publicación de British Medical Journal reveló que un mayor contacto con entornos naturales y espacios azules, se asocia con beneficios para la memoria de trabajo, la memoria espacial, atención visual, cognición, inteligencia y fluidez. Estudios anteriores también encontraron relación entre el contacto con la naturaleza y la salud, incluidas la reducción de ansiedad y factores de riesgo cardiovascular.
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Los beneficios de la naturaleza para la memoria
La conexión con la naturaleza va más allá de un mero escape y tiene efectos medibles en nuestra cognición. Para el doctor Marc Berman, director del Laboratorio de Neurociencia Ambiental de la Universidad de Chicago, «la exposición a la naturaleza no es un lujo, es una necesidad».
Berman y un otros de investigadores evaluaron la capacidad cognitiva de un grupo de participantes utilizando una prueba llamada «tarea de intervalo de dígitos hacia atrás». Esta requería que reprodujeran secuencias numéricas en orden inverso. Posteriormente, los dividieron en dos grupos: uno recorrió durante 50 minutos en un entorno urbano, específicamente el centro de la ciudad, mientras que el otro grupo caminó por un ambiente natural, un parque. Después del paseo, las personas regresaron y realizaron nuevamente la misma tarea de evaluación cognitiva.
«El rendimiento mejoró aproximadamente un 20% cuando los participantes caminaron en la naturaleza, pero no cuando caminaron en un entorno urbano», explicó el investigador a The Guardian.
Una justificación para el efecto positivo de la naturaleza se encuentra en lo que se denomina teoría de la restauración de la atención (ART). Esta sostiene que la atención dirigida o la habilidad para concentrarse puede restaurarse a cuando las personas se exponen a entornos naturales.
Estas afirmaciones sobre el impacto positivo de la naturaleza no son nuevas. Sin embargo, su campo de investigación ha ido creciendo con el desarrollo de la neurociencia ambiental, cuyo objetivo es analizar las razones y los mecanismos que explican por qué nuestros cerebros se ven tan significativamente influenciados por las áreas verdes o los cuerpos de agua.
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Nuestros cerebros evolucionaron con la naturaleza
Cada vez hay más evidencia de que la conexión con la naturaleza beneficia la función cognitiva de las personas, incluyendo procesos como la percepción, memoria, atención y la imaginación. Un estudio reveló que un grupo de personas cometió menos errores en una prueba después de contemplar un techo verde por 40 segundos.
De acuerdo con la hipótesis de la biofilia, difundida por el sociobiólogo estadounidense EO Wilson, los seres humanos se desempeñan mejor en entornos naturales debido a que el cuerpo y el cerebro evolucionaron en armonía con la naturaleza.
«La biofilia tiene mucho sentido», afirma el Doctor David Strayer, director del Laboratorio de Cognición Aplicada de la Universidad de Utah. “Como cazadores-recolectores, aquellos que estaban más en sintonía con el entorno natural tenían más probabilidades de sobrevivir. Pero luego construimos toda esta infraestructura. Estamos tratando de utilizar el cerebro de los cazadores-recolectores para vivir en el mundo moderno, altamente estresante y exigente”.
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