?Es casi imposible de controlar?, dice el fotógrafo Tomás Munita, quien documentó la vida diaria en las favelas de Brasil.
¿Cómo evitas que se multiplique una enfermedad que transmiten los mosquitos? Esa es la interrogante que atormenta al gobierno brasileño, que ha enviado soldados, puerta a puerta, en una misión para combatir al Zika, el virus sospechoso de causar microcefalia en niños nacidos de mujeres infectadas.
?Reparten folletos informando que debes mantener tu patio despejado de basura?, explica el fotógrafo Tomás Munita, quien ha documentado la situación en la capital del estado nororiental de Pernambuco: la ciudad de Recife, hogar de 3.7 millones de personas. Y es que cualquier objeto abandonado en el exterior, incluso una tapa de botella, puede recoger lluvia y convertirse en criadero de mosquitos Aedes aegypti, considerados los principales portadores de Zika.
Pero Munita señala que la campaña de información gubernamental difícilmente tendrá mucho efecto en las favelas, o barrios pobres de Brasil.
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?Es casi imposible controlar algo así en lugares de ese tipo?, asegura. Muchas casas de las favelas son chozas improvisadas construidas con láminas de metal y cartones desechados. Y con acceso limitado al agua potable y la recolección de basura, los desperdicios se acumulan y recogen agua, creando un caldo de cultivo idóneo para los mosquitos.
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Sin embargo, la plaga de mosquitos se extiende más allá de esos barrios hacinados. Desde que llegó a Latinoamérica, con el comercio de esclavos africanos, Aedes aegypti ha sido increíblemente difícil de exterminar. En la década de 1950, programas de erradicación enormes acabaron con la plaga en algunos países, pero los mosquitos reaparecieron en las décadas de 1970 y 1980.
El propio ministro de salud de Brasil, Marcelo Castro, ha dicho que su país está ?perdiendo la batalla? contra los mosquitos, los cuales no solo son una amenaza como portadores del Zika. Según Munita, los residentes de Recife que no están en riesgo por embarazo temen más que el mosquito les contagie chikungunya y dengue que Zika, pues esos dos virus causan enfermedades más graves.
En estos momentos, el gobierno intenta detener la reproducción del mosquito por medios químicos, fumigando las calles y vertiendo larvicida en los tanques de agua. No obstante, Reuters informa que, muy pronto, el país intentará algo mucho más extremo: reproducir mosquitos macho en cautiverio, esterilizarlos con rayos gamma, y soltarlos donde los mosquitos hembra estén reproduciéndose.
Mientras tanto, quienes viven en las zonas más pobres de Recife deben decidir si vale la pena seguir el consejo del gobierno para prevenir la diseminación de los mosquitos; cosa que para muchos no es más que una realidad de vida.
?Los mosquitos están en todas partes?, dice Munita. ?Y de hecho, no hay mucho que puedan hacer, excepto mantener limpias sus casas. Pero si un vecino no es limpio, todo el vecindario tendrá mosquitos?.
Ante el paso de los fumigadores, algunos brasileños cierran sus puertas para impedir la entrada del rocío, mientras que otros las mantienen abiertas para matar a los mosquitos que hay dentro de sus casas.
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