Malala Yousafzai inauguró una escuela para refugiadas sirias, encaró al presidente de Nigeria, y ganó un premio Nobel. Ahora, con 18 años, su vida es una película, y tiene grandes planes para el futuro.
Cuando nació Malala Yousafzai, los vecinos de su aldea pastún compadecieron a sus progenitores porque no fue un varón. Pero ahora, Malala impone respeto como la ganadora del premio Nobel de la Paz más joven de la historia, y defensora de la educación para las niñas.
En su viaje hacia el escenario mundial, desafió al Talibán como bloguera de 11 años, sobrevivió a un intento de asesinato, y cofundó el Fondo Malala, organización que apoya la educación en todo el mundo.
En entrevista desde Los Ángeles, Malala describe cómo logra que los líderes mundiales actúen, y porqué no se considera especial.
¿Cómo sería tu vida, en este momento, si vivieras en Paquistán sin educación?
Ya tendría dos o tres hijos. Soy afortunada de tener 18 años y no estar casada todavía. Si no recibes educación, los demás controlan tu vida. Yo no quisiera esa vida.
Cuando tomó el control del Valle de Swat, el Talibán pretendía que las jóvenes como tú llevaran ese tipo de vida. ¿Qué te dio el valor para expresarte?
Mis padres siempre me dijeron que tengo el derecho de expresarme, que tengo el derecho de ir a la escuela, que tengo el derecho de ser yo misma y de tener independencia. Si otras familias del Valle de Swat hubieran dado ese derecho a sus hijas, incluidas mis amigas más cercanas, ahora todas estaríamos hablando del derecho de las niñas de ir a la escuela. Pero no les dieron permiso de salir.
Lo que digo es que no soy una niña especial ni distinta de las demás. Hubo muchas niñas en las mismas condiciones, y que podían expresarse mejor que yo, que eran más fuertes que yo, pero nadie les dio oportunidad.
¿Alguna vez hablas con tus amigas en casa?
Todavía hablo con mi mejor amiga.
Debe estar asombrada por los cambios en tu vida.
Sí, pero no hablamos de esas cosas. Solo hablamos de nuestra vida personal, bromeamos, nos divertimos. Son momentos para disfrutar. No hablamos de reuniones con el presidente o de ir a Jordania o adonde sea. Solo tratamos de ser amigas normales.
Y sin embargo, te reúnes con presidentes y otros líderes mundiales. ¿Crees que te escuchan?
Antes de una reunión con el presidente Obama, dijimos claramente que no íbamos solo a hacernos fotos. Que trataríamos temas muy importantes, si es que el presidente estaba dispuesto. Nos recibieron muy bien y dijeron que podíamos hablar de lo que fuera.
Fuiste muy crítica del entonces presidente de Nigeria, Goodluck Jonathan, cuando te reuniste con él, el año pasado, para hablar de Boko Haram y el secuestro de más de 200 niñas.
Ese día cumplí 17 años. Secuestraron a las niñas en abril y mi cumpleaños fue en julio, pero el presidente no se había reunido con las niñas que lograron escapar de los secuestradores. Tampoco había visto a los padres de las niñas que secuestró Boko Haram, y no les había brindado apoyo alguno. Ni siquiera había mencionado el asunto.
Cuando me reuní con el presidente, le dije muy, muy claramente, ?No se ha reunido con ellas, no ha dado el menor apoyo a esas niñas. El mundo está alzando su voz, la gente está alzando sus voces. Tiene que escuchar sus voces. Ese es su pueblo, el pueblo de su país, y ellos lo eligieron. Su deber es responder, su responsabilidad es escuchar las voces de su pueblo?.
«Hay millones de niños en este mundo. Si millones de niños se unen, podrían construir un ejército poderoso y entonces, nuestros líderes tendrán que escucharnos».
Malala Yousafzai
En pocos días, se reunió con los padres, y se reunió con las niñas que escaparon de los secuestradores. Les dio algo de ayuda económica, pero nadie ayudó realmente a las niñas, como 30 de ellas, que escaparon del secuestro. Nadie les dio becas o alguna seguridad escolar.
Entonces pensé, ¿qué puedo hacer? Les proporcionamos becas, y ahora están recibiendo educación. Puedes pedirle a un presidente que haga algo, pero si él no actúa ?y está en mis manos-, ¿por qué no hacerlo yo?
¿Crees que otros niños pueden seguir tu ejemplo?
Es muy importante que los jóvenes y los niños sepan que sus voces son muy poderosas. La edad no importa. Debemos creer en nosotros mismos. Todos mis hermanos y hermanas del mundo entero deben entender que es importante aceptar nuestra responsabilidad. Si quieren un futuro mejor, tienen que empezar a trabajar en él ahora mismo. (Lee: Música a pesar de la prohibición)
Hay millones de niños en este mundo. Si millones de niños se unen, podrían construir un ejército poderoso y entonces, nuestros líderes tendrán que escucharnos.
Ahora ya no soy una niña. Cumplí 18 años. Así que, legalmente, no soy una menor, pero aun soy parte del grupo de niños.
Cuando eras más joven, querías ser política. ¿Esa sigue siendo tu intención?
Eso pensaba durante la situación de terrorismo en el Valle de Swat, cuando nadie nos ayudaba. Nos impedían ir a la escuela, y nadie hacía el menor intento de responder. Fuimos desplazados internamente, y nada ocurría.
Creí que si entraba en la política, podría cambiarlo todo en mi país. Hacer que fuera un país mejor y más feliz. Pero ahora estoy descubriendo muchas cosas cada día. Espero terminar en el empleo y el destino correctos.
Después que te llevaron en coma a Inglaterra, el ex primer ministro británico, Gordon Brown, te dio un ejemplar de ?El maravilloso mago de Oz?. ¿Alguna vez te has sentido como Dorothy, quien despertó en un lugar extraño y tuvo que encontrar la manera de regresar a casa?
Sí, me identifico con Dorothy. Ella iba de camino a casa, pero se detuvo para ayudar a otros. Yo quiero ayudar a las personas. Quiero ayudar a los niños a ir a la escuela. Esa es mi responsabilidad.
Para mí, volver a casa en Paquistán es asegurar que los niños de mi país reciban una educación de calidad. Mi ?hogar? es asegurar que todos los niños vayan a la escuela.
Esta entrevista fue editada por su extensión y claridad.