Al norte de la isla de Sumatra, hoy Indonesia, se encuentra un volcán gigante cuya última erupción la vivieron nuestros antepasados de África hace 74,000 años. Durante este gigantesco evento geológico, se expulsaron alrededor de 2,800 kilómetros cúbicos de plasma y provocaron drásticos cambios en el ecosistema del momento. Los homínidos tuvieron que huir de los lugares que habitaban hacia una vida más próspera.
La erupción del Toba fue desastrosa, el cielo se oscureció por meses y los animales comenzaron a morir debido a enorme nube de ceniza y gases tóxicos. Sin embargo, nuestros antepasados lograron sobreponerse a esta erupción volcánica.
A través del análisis arqueológico de las piezas en Shinfa-Metema 1, se ha revelado que los antiguos homínidos siguieron el camino del agua para poder salir de la árida zona de África que estaba sufriendo las consecuencias del supervolcán. Nuestros antepasados fueron siguiendo las reservas naturales de agua y dejando atrás las que el clima iba secando poco a poco.
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Debido a los cambios ambientales, muchas de los animales que fungían como alimento humano comenzaron a escasear. Cada vez había menos y menos fauna en el área afectada por el Toba. Aún así existía una alternativa: la pesca. Gracias a las flechas encontradas en las excavaciones del territorio ubicado en Etiopía, los científicos han encontrado que los homínidos de la época renunciaron a la caza de mamíferos y optaron por recolectar peces en las aguas que les iban mostrando la salida.
“Pescar es un comportamiento sofisticado,” asegura John W. Kappelman Jr., quien lleva trabajando el sitio por más de una década. “Esta capacidad de flexibilidad conductual es un atributo muy especial, incluso en los seres humanos modernos.”
Actualmente, este volcán no muestra señales de una explosión próxima pero especialistas en el tema aseguran que no se trata de una inactividad, sino de un proceso de erupción lento que toma miles de años y que resultará en una supererupción que podría acabar con la vida como la conocemos.
«En el volcán Toba todo está ocurriendo silenciosamente bajo tierra, y el análisis de los circones nos da ahora una idea de lo que está por venir,” explica Luca Caricchi, coautor de una investigación sobre el volcán.
Pese a lo catastrófico que podría parecer el panorama, hay que recordar que hasta ahora sólo conocemos de dos erupciones del Toba, una de hace 1.4 millones de años y la otra de hace 74,000. De acuerdo con los cálculos del artículo publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, la próxima actividad del volcán será dentro de 600,000 años.
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