Críticos advierten que Sochi ofrece aún muchas dificultades para los atletas paralímpicos, pese a la cifra récord de 51,000 millones de dólares invertida en la región.
En 1980 los Juegos Olímpicos de Moscú no fueron seguidos, como es habitual, por los Paralímpicos. Eran tiempos de la Guerra Fría y las autoridades soviéticas negaban la existencia de discapacitados en su país. Veinticuatro años después, Sochi espera enterrar definitivamente los prejuicios en Rusia.
«Los Paralímpicos pueden derribar barreras y lugares comunes como ningún otro evento. Creo que estos Juegos serán toda una transformación para Rusia», dijo el presidente del Comité Paralímpico Internacional (IPC), Philip Craven.
La «nueva Rusia», como la denominó el presidente Vladimir Putin, ofreció al mundo exterior una imagen abierta y tolerante durante el desarrollo de los Juegos Olímpicos que finalizaron el 23 de febrero en Sochi.
Las enormes críticas internacionales que generó la denominada «ley antigay», que penaliza la «propaganda de orientaciones sexuales no tradicionales frente a menores», quedaron en un segundo plano durante los 16 días de competencias a orillas del Mar Negro.
Pero los Juegos Paralímpicos supondrán una nueva medida para evaluar el alcance de los cambios en un país que está una vez más en el eje de los cuestionamientos internacionales por la intervención militar en la península ucraniana de Crimea.
Los críticos del Kremlin advierten que Sochi ofrece aún muchas dificultades para los atletas paralímpicos, pese a la cifra récord de 51,000 millones de dólares invertida en la región.
«Lamentablemente nuestros funcionarios no entienden qué es lo que significa un entorno sin barreras», escribió el blogger Ilya Varlamov en un reportaje en el sitio web de la emisora Echo Moskvi que denuncia los problemas que enfrentan los Juegos Paralímpicos: desde elevadores que no funcionan o son muy estrechos hasta veredas con bordes demasiado altos.
«Nosotros mismos nos sentamos en una silla de ruedas y realmente no fue fácil llegar desde la calle hasta la habitación del hotel», confesó, a condición de anonimato, un obrero que trabajó en las obras.
Craven, presidente del IPC y un ex jugador de baloncesto en silla de ruedas, admite que puede haber algunos problemas individuales, pero asegura que «se hizo mucho para tener una ciudad libre de barreras».
«Lo más importante es el cambio en la concepción de la sociedad rusa frente a las personas discapacitadas», sostiene.
Pese a las dificultades, la población en la región costera de Sochi y en las montañas de Krasnaya Polyana se muestra dispuesta a recibir con los brazos abiertos a los 575 atletas de 46 naciones que compiten por 72 medallas de oro entre el 7 y el 16 de marzo.
Ejemplo de ello es la experiencia que vivió el atleta mexicano Arly Velásquez, que tras relatar para la televisión los Juegos Olímpicos optó por permanecer en la región en el intervalo hasta los Paralímpicos.
La pequeña aldea de montaña de Krasnaya Polyana trató a Velásquez, que competirá en un monoesquí en las pruebas alpinas, casi como una celebridad durante esos días.
Los fotos, las sonrisas, los saludos y los deseos de éxito fueron una constante para el mexicano en silla de ruedas. Pero también hubo problemas, ya que debido al cierre de las pistas como preparación para los Paralímpicos, el atleta de 25 años no pudo entrenar durante tres días y recién pudo pisar la nieve el 1 de marzo.
Según indicó un instructor de esquí que trabaja en las montañas de Krasnaya Polyana, el cierre de las pistas del centro de Gornaya Karusel se debió a la caída de tres telecabinas durante la noche, sin que se produjeran heridos.
Los ingresos a los distintos restaurantes en la zona de Rosa Khutor, a los pies de las montañas de Krasnaya Polyana, tampoco fueron tarea sencilla para Velásquez.
La buena predisposición no faltó, pero en algunas ocasiones el esquiador se vio obligado a recurrir a la ayuda de varias personas para poder subir unas escaleras o ingresar a una estrecha telecabina.
Pese a las dificultades, Craven confía en lograr junto al comité organizador «los mejores Juegos Paralímpicos».
Y al menos en los números, los Juegos de Sochi prometen ser más abiertos que nunca. Después de los frustrados Juegos de Moscú, esta vez habrá un récord de 46 naciones representadas en los Paralímpicos sobre el Mar Negro.
Serán dos naciones más que en Vancouver 2010, tras el debut de nuevos países como Brasil, Kirguistán, Turquía y Uzbekistán. Además, participarán 71 atletas más que en Canadá y se entregarán ocho medallas de oro más. Números que demuestran el crecimiento de un movimiento paralímpico que espera desterrar definitivamente los prejuicios en Rusia.
Un equipo de científicos se adentró en las profundidades del mar de Chile por casi dos meses, en la región…
Dos equipos de investigación, cada uno por su lado, llegaron a la misma conclusión sobre por qué los gatos naranjas…
Volcanes, aguas termales, paracaídas, 'La Comarca'... La 'Isla del Norte' es el lugar ideal para un corazón deseoso de emoción. …
La Agencia Espacial Europea lanzó dos satélites extraordinarios que podrán crear eclipses solares artificiales. Dos satélites de la Agencia Espacial…
¿Por qué los arrecifes de coral son importantes? Te respondemos esta pregunta con apoyo de entidades especializadas en vida marina.…
Los pueblos nativos de Australia sueñan con que sus descendientes puedan conocer a los peces sierra en su hábitat natural…