Hiroshima, Nagasaki han podido reconstruirse, mientras que Chernóbil permanece inhabitada. Ésta es la razón.
Hiroshima, Nagasaki y Chernóbil tienen una tragedia en común: un desastre nuclear. A diferencia de las dos ciudades japonesas, Chernóbil sigue siendo una zona de riesgo. Por otro lado Hiroshima resurgió de las cenizas algunos años después de la detonación de la bomba atómica de 1945 (que además, vino acompañada de un ciclón tropical). Asimismo, Nagasaki se convirtió en una de las ciudades más importantes de la costa japonesa. Sin embargo la central de Chernóbil sigue siendo radiactiva ¿por qué?
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La detonación
Una de las principales diferencias entre la ciudad ucraniana y las japonesas es el tipo de detonación de los catastróficos eventos. En el caso de las bombas nucleares, la explosión ocurrió a miles de metros sobre la superficie. Debido a que el área de impacto fue esférica, al detonarse en el aire pudo tener un mayor alcance. También esta es la razón de que las consecuencias de la bomba se vieran reflejas en poblaciones cercanas de Hiroshima y Nagasaki. Miles de personas de los alrededores presentaron en los años posteriores a la guerra estragos corporales y psicológicos ocasionados por la radiación.
Por otro lado, los reactores de Chernóbil estaban sobre la Tierra, por lo que los niveles de radiación fueron mucho más altos pero se distribuyeron en un área más reducida. Además, debemos considerar que la tragedia de Chernóbil ocurrió en una época más reciente, por lo que seguimos descubriendo los efectos que ha tenido.
El mecanismo interno
Es cierto que ambas explosiones tuvieron como protagonista al isótopo 235 del uranio, el único capaz de provocar la fisión nuclear. Sin embargo, el proceso en ambos acontecimientos fue completamente distinto. La bomba nuclear buscaba el mayor impacto en el menor tiempo posible, en contraste una planta nuclear como la de Chernóbil requiere de una liberación periódica de radiación. En el primer caso, sólo se necesita un poco de uranio para detonar la bomba, en el segundo se emplean grandes cantidades que son necesarias para generar reacciones nucleares constantes en menor escala.
A pesar de las comparaciones entre las tres ciudades, cada una es una evidencia de que un mal manejo de la tecnología puede tener un efecto catastrófico en las personas cercanas a los impactos radiactivos. Al día de hoy hay humanos y otros animales y seres vivos que sufren las consecuencias de estos tres eventos que dejaron una huella irremediable en estos lugares.
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