La gentrificación ha provocado el desplazamiento de millones de personas hacia las periferias, al tiempo que acentúa la división de clases.
Hay buenas razones para dar tanto espacio al debate de la gentrificación. Sobre todo, porque es un fenómeno vigente, histórico y de transformación para las condiciones de vida de millones de seres humanos.
Entre otras cosas, la gentrificación ha acentuado la distinción de estatus y clase social en los pobladores de los espacios urbanos. Y, si bien parece que el fenómeno tomó mayor auge durante los últimos años, la realidad es que éste comenzó a ser señalado desde la década de los 60, teniendo a las urbes del Primer Mundo como sus centros de origen
Desde diferentes disciplinas y ciencias de lo social, la gentrificación se mantiene como uno de los temas más polémicos, ya que, aunque una primera definición lleva a notar la evidente problemática, también se han puesto en la balanza los que se han considerado beneficios para el desarrollo y progreso de las ciudades. Esto es lo que sabemos.
¿Qué es la gentrificación?
De acuerdo con Urban Displacement Project, una iniciativa de la Universidad de California y Toronto, la gentrificación es un proceso que trae consigo cambios económicos, demográficos, educativos, y hasta raciales, debido a la inversión inmobiliaria y el traslado de nuevos residentes con mayores ingresos. Lo anterior, desde luego, conlleva el desplazamiento de los antiguos habitantes del área, quienes, ante el encarecimiento de los servicios y el costo de la vivienda, tienen que emigrar a otros puntos.
En palabras de Luis Alberto Salinas Arreortua, investigador del Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México, para UNAM Global, “la gentrificación es un proceso de reestructuración de relaciones sociales en el espacio. Hace referencia a que distintos sectores de la población con mayor capacidad económica se apropian de espacios urbanos que presentan ciertas cualidades. Por ejemplo: áreas verdes, buena ubicación, equipamiento, infraestructura y zonas culturales que son muy buscadas por el capital inmobiliario”.
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Las modificaciones de un barrio gentrificado se ven reflejadas en la edificación, o remodelación, de nuevas viviendas, en la construcción de edificios y en el desarrollo de espacios comerciales.
Conforme a lo publicado por Urban Displacement Project, este fenómeno puede ser mejor entendido a partir de tres puntos clave:
- Las condiciones históricas: Conjunto de políticas y prácticas que hicieron de determinado lugar un punto susceptible a la gentrificación.
- Los patrones de desinversión e inversión: Consecuencias de las condiciones históricas
- Impacto en las comunidades: Resultados de los cambios propios de la gentrificación, mismos que, entre otras cosas, motivan el cambio de vivienda de las personas de escasos recursos.
En México
Para México el gran ejemplo de la gentrificación reside en su capital, mas no es el único. La gente que ha tenido que desplazarse por esta situación, a las zonas conurbadas de la metrópoli, enfrenta el impacto del fenómeno diariamente. Entre lo más destacado, en este sentido, es la distancia que estas personas recorren para llegar a los lugares donde realizan sus actividades cotidianas, asunto que implica mayores gastos en el transporte.
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Luis Alberto Salinas Arreortua explicó, a UNAM Global, que la migración hacia las periferias de la Ciudad de México generó la construcción de hasta 500 mil viviendas de interés social, solo en un periodo comprendido entre 2004 y 2014. Sin embargo, muchas de ellas, a la fecha, se encuentran deshabilitadas, ya que los propietarios han visto poco viable continuar residiendo en lugares tan lejanos a sus centros de trabajo. En consecuencia, las rentas de la ciudad han aumentado.
La otra cara de la moneda
No hay duda alguna, después de exponer todo lo anterior, de que la gentrificación representa un problema para millones de personas que se ven afectadas en su calidad de vida. No obstante, hay que poner en la mira, también, lo que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) apunta sobre el asunto. De acuerdo con esta entidad, el fenómeno viene igualmente acompañado con la generación de recursos y la creación de demandas por nuevos servicios en una ciudad consolidada.
La ONU considera posible extender esos beneficios al resto de la ciudad, siempre y cuando sea a través de programas cuidadosamente estructurados. En tal caso, una de las soluciones, añade la organización, estaría representada en la formación de pequeñas empresa a través de microcréditos, los cuales además de restaurar las viviendas deterioradas, podrían mejorar los espacios públicos.
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