Algunas personas cuyos restos son parte de las ofrendas del recinto, habitaron la zona por al menos seis años, revela una investigación.
Análisis realizados a restos óseos humanos asociados al Templo Mayor de Tenochtitlan revelan que no todos los individuos sacrificados eran cautivos de guerra, como lo aseguran las fuentes históricas, sino que vivían en la Cuenca de México, donde habían habitado por lo menos seis años.
Los individuos cuyos restos fueron encontrados en las ofrendas del Templo Mayor, no fueron inmolados al momento de su llegada, sino que fueron personas procedentes de Tula, Hidalgo; los Altos de Chiapas, los Valles Centrales de Oaxaca, la Península de Yucatán y la zona centro del norte de México.
La información se obtuvo luego de una investigación denominada Isotopía de estroncio aplicado a material óseo humano localizado en ofrendas del Templo Mayor de Tenochtitlan, realizada por el arqueólogo Alan Barrera Huerta.
La prueba identifica el lugar de procedencia de personas migrantes, a través de la huella que deja en el tejido óseo la concentración de minerales propios de su lugar de origen, entre los que se encuentra el estroncio.
Según Alan Barrera, la composición mineralógica de los suelos pasa a los organismos vivos a través de la cadena alimenticia y es asimilada por las estructuras óseas, lo que da indicios de posibles regiones de origen. Ello se conoce como firma isotópica.
Buena parte de los suelos de la Cuenca de México se componen de rocas de origen volcánico, por lo que su firma isotópica es muy particular en comparación con la de otras áreas del país, explicó el arqueólogo.
?Los huesos cambian su composición mineral entre seis a diez años de vivir en una determinada región y de acuerdo con la alimentación varía la firma isotópica, pero los esmaltes dentales que se forman en la vida intrauterina no se vuelven a modificar, por lo que esa huella se queda de forma permanente, aunque las personas cambien de residencia?.
Bajo esas premisas, el arqueólogo Alan Barrera tomó muestras tanto de hueso como de esmalte dental de seis individuos que vivieron entre 1469 y 1521, durante los reinados de Motecuhzoma Ilhuicamina, Axayácatl y Moctecuhzoma Xocoyotzin.
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